25 septiembre 2014

Illuminatus! Trilogy: Mama Sutra lee el Tarot para Drake

1928

-Continúe.- Drake estaba serio e imperturbable.

-El Rey de Espadas y el Caballero de Bastos son muy activos. Usted podría hacer esto sin causar daño, transformarse en un artista para mostrar esta visión de la jungla. No necesita crearla literalmente e imponerla a otros seres humanos.

-Deje de predicar. Limítese a leer las cartas. Usted es mejor que yo para eso, pero entiendo lo suficiente para ver que no hay otra alternativa para mi. El otro basto y la otra espada están invertidos. No puedo satisfacerme haciéndolo de manera simbólica. Debo hacerlo de manera que afecte atodo el mundo y no solamente a los pocos que leen libros o van a conciertos. Dígame lo que no sé ¿Por qué la línea que va desde el Loco hasta la Torre tiene en medio a los Amantes invertidos? Sé que no puedo amar a nadie, y creo que nadie puede hacerlo realmente... Es puro sentimentalismo e hipocresía. Las personas se utilizan unas a otras como máquinas masturbatorias y como pañuelos de lágrimas y lo llaman amor. Pero hay un significado más profundo en esto ¿Cuál es?.

-Empecemos desde arriba: La Muerte invertida. Rechazas a la Muerte, por lo tanto el Loco no puede renacer y tomar el sendero de la mano derecha luego de cruzar el Abismo. Entonces toma el camino de la mano izquierda: la destrucción de la Torre. Hay un solo final para esa cadena kármica, hijo mío. Los Amantes significan Muerte, del mismo modo que la Muerte significa Vida. Estás rechazando la muerte natural, por lo tanto estás rechazando la vida natural. Tu camino te llevará por una vida innatural que te guiará hacia una muerte innatural. Morirás como persona antes de que tu cuerpo muera. El fuego sigue siendo autodestructivo, aunque lo apuntes hacia fuera y utilices al mundo entero como escenario de tu Gotterdammerung privado. Tu primera víctima seguirás siendo tú mismo.

-Tiene talento,- dijo Drake fríamente, -pero básicamente usted es un fraude, como los demás en este negocio. Su peor víctima, madame, es usted misma. Se engaña a sí misma con las mentiras que acostumbra decirles a otros. Es la enfermedad laboral de los místicos. La verdad es que no importa si me destruyo a mi mismo o destruyo el planeta, o cambio de idea e intento encontrar el sendero de la mano derecha en algún monasterio deprimente. El universo seguirá ciegamente su camino sin preocuparse, sin siquiera notarlo. No hay un Abuelito en las nubes para hacer el juicio final... Solamente hay un par de aviones allá arriba, aprendiendo más y más sobre cómo transportar bombas. Al general Mitchell lo sometieron a consejo de guerra por decir eso, pero es la verdad. La próxima vez harán volar poblaciones civiles completas. Y el universo tampoco lo notará o tampoco le interesará. No me diga que mi viaje desde la muerte me lleva a la muerte; no soy un niño, ya sé que eventualmente todos los caminos conducen a la Muerte. La única pregunta es ¿Te agachas ante ella durante toda la vida o le escupes en los ojos?.

-Puedes trascender el temor abyecto y el odio rebelde. Puedes ver que solo es una parte de la Gran Rueda y que, como las otras partes, es necesaria para el todo. Entonces podrás aceptarla.

-Ahora va a decirme que la ame.

-Eso también.

-Sí, y puedo aprender a ver todo el Gran Cuadro glorioso. Puedo ver a todos los hombres defecando y orinándose en los pantalones antes de morir en Chateau-Thierry, mirando sus propias tripas caer sobre sus regazos y gritando a través de un agujero que ya no es una boca, puedo ver todo eso como manifestaciones de esa armonía sublime, inefable y sagrada que está más allá de toda palabra y razón. Claro. Puedo verlo de esa forma si dejo la mitad de mi cerebro fuera de servicio y me hipnotizo para pensar que el punto de vista desde esa extraña perspectiva es amplio y profundo, y más verdadera que la visión de cualquier otra mente que no esté nublada. Vaya e intente decirles eso a los del pabellón de cuádruples amputados. Usted habla de la muerte como un ser personificado. Muy bien: entonces debo considerarla como a cualquier otra entidad que se cruza en mi camino. El amor es un mito inventado por los poetas y por otra gente que, incapaces de afrontar el mundo, se arrastraron hasta un rincón y crearon fantasías para consolarse a sí mismos. El hecho es que cuando te encuentras con otra entidad, o te cede el paso o tú le cedes el paso. O te domina y tú te sometes, o tú la dominas y ella se somete. Lléveme a cualquier club de Boston y le diré cual ricachón tiene más dinero, por la forma en que lo tratan. Lléveme a cualquier bar de trabajadores y le diré cual de ellos es el que pelea mejor, por la forma en que lo tratan. Lléveme a cualquier casa y le diré en un minuto si el marido o la esposa son dominantes ¿Amor? ¿Igualdad? ¿Reconciliación?¿Aceptación? Esas son las excusas de los perdedores para persuadirse ellos mismos de que han elegido su condición y que no han sido forzados a ella. Encuentre una esposa sumisa, que ame realmente a su marido. En tres días, máximo, la tendré metida en mi cama ¿Porque soy tan atractivo? No, porque comprendo a los hombres y a las mujeres. Le haré comprender, sin decirlo de manera directa para no conmocionarla, que el adulterio, de una manera o de otra, le hará daño a su esposo, esté enterado o no. Muéstreme al camarero de color más servil del mejor restaurante de la ciudad, escúchelo hablar del cristianismo, la humildad y todo eso, y luego cuente cuantas veces por día va hacia la cocina para escupir en su pañuelo. Los otros empleados le dirán que sufre de un ‘mal pulmonar’. De lo que sufre es de furia crónica ¿Madre e hijo? Una interminable lucha de poder. Escuche cómo se intensifica el llanto de una criatura cuando la madre no acude de inmediato ¿Es miedo lo que escucha? Es furia, una furia loca por no tener el dominio total. Y por parte de la madre, apuesto a que el noventa por ciento de las mujeres casadas que reciben atención psiquiátrica acuden a ella porque no pueden admitir, no pueden escapar lo suficiente de la mentira del amor como para admitir que a menudo quieren estrangular a ese monstruo que está en la cuna ¿Amor por la patria? Otra mentira; en verdad es miedo a la policía y a las prisiones ¿Amor al arte? Otra mentira; en verdad es miedo a la verdad desnuda sin ornamentos o falsas fachadas ¿Amor a la verdad misma? La mentira más grande de todas: miedo a lo desconocido ¿La gente que aprende a aceptar todo esto adquiere sabiduría? Se rinden ante una fuerza superior, y llaman madurez a su cobardía. Todo se reduce a una misma pregunta: ¿Te arrodillas ante el altar, o estás en el altar viendo como los demás se arrodillan ante ti?.

-La rueda del Tarot es la rueda de Dharma- dijo Mama Sutra suavemente cuando él concluyó. -También es la rueda de la galaxia, la cual ves como una máquina ciega. Ésta continúa girando, como tú dices, no importa lo que pensemos o hagamos. Sabiendo eso, acepto a la Muerte como parte de la rueda, y acepto tu rechazo a ella como otra parte. No puedo controlar a ninguna de las dos. Solamente puedo repetirte mi advertencia, que no es una mentira, sino un hecho sobre la estructura de la Rueda: al negar a la muerte te estás garantizando un encuentro con ella en su forma más espantosa.

Drake terminó su café y sonrió tercamente.

-¿Sabe una cosa?- dijo, -Mi desprecio por las mentiras tiene un poco del sentimentalismo y del idealismo estúpido que siempre he rechazado. Tal vez sería más efectivo si nunca vuelvo a hablar con tanta honestidad. La próxima vez que escuche hablar sobre mí, tal vez escuche hablar de un filántropo benefactor de la humanidad. - Encendió un cigarrillo, pensativo. - E incluso eso sería verdad si después de todo su mística tarotista está en lo correcto. Si la Muerte es necesaria para la Rueda, junto a las otras partes, entonces yo también soy necesario. Tal vez la Rueda colapsaría si mi espíritu rebelde no estuviera allí para balancear su espíritu de resignación. Imagínelo.

-Es verdad. Por eso es por lo que te advierto pero no te juzgo.

-Entonces, ¿Yo sería, como dijo Goethe, “parte de esa fuerza que apunta hacia el mal pero solo alcanza el bien”?.

-Ese es un pensamiento que deberías intentar recordar cuando la Noche Oscura de Samael descienda finalmente sobre ti.

-Más palabrería- dijo Drake, retornando a su cinismo previo. -Si apunto hacia el mal, produciré el mal. La Rueda y sus equilibrios armónicos y sus paradojas sanadoras son solamente otro mito de los débiles y los derrotados. Un solo hombre fuerte puede detener la Rueda o destruirla si es lo suficientemente atrevido.

-Puede ser. Los que estudian la Rueda no conocen todos sus secretos. Algunos creen que nuestro espíritu reaparece constantemente en la historia, porque está destinado, eventualmente, a triunfar. Tal vez este sea el último siglo de seres terrestres mortales, y el próximo siglo sea de seres cósmicos inmortales. Lo que suceda entonces, cuando la Rueda se detenga, ninguno de nosotros puede predecirlo. Puede ser ‘bueno’ o ‘malo’ o incluso, para citar a tu filósofo favorito, puede estar ‘más allá del bien y del mal’. Esa es otra de las razones por las cuales no te juzgo.

-Escuche- dijo Drake súbitamente emocionado. -Ambos estamos mintiendo. No se trata detodas estas cosas filosóficas o cósmicas. El hecho es que no podía dormir a la noche, y ninguna de las ‘curas’ convencionales que he probado pudo ayudarme, hasta que empecé a probar por mis propios medios rebelándome sistemáticamente contra todo aquello que parecía ser más fuerte que yo.

-Lo sé. No sabía que era insomnio. Podrían haber sido pesadillas, mareos, o impotencia sexual. Pero de alguna manera, las escenas que viste en Chateau-Thierry continuaban vivas y te aguijoneaban para despertarte del sueño de los sonámbulos que andan por las calles. Estás despertando: estás parado al borde del abismo. -Señaló al Loco y al perro que ladraba a sus pies. -Y yo soy la perrita ruidosa que ladra advirtiéndote que todavía puedes escoger el camino de la derecha. La decisión no será definitiva hasta que no hayas cruzado el abismo.

-Pero las cartas muestran que en realidad no tengo muchas opciones. Especialmente en el mundo que surgirá luego de esta depresión.

Mama Sutra sonrió sin compasión o desprecio.

-Esta no es una época de santos- agregó con gentileza. -Son dos dólares, por favor.

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