Están ahí para distraer a la gente. No para consumo de sus fieles, que son pocos para darles de comer, sino para la gente en general. No les falta trabajo en todos los medios de comunicación, incluyendo los supuestamente más a la izquierda, dónde se les invita para que hagan ruido y den espectáculo, mientras los progres los señalan con el dedo y dicen "qué suerte tengo de no ser como ellos".
Pero al final, como en el famoso mito de la caverna de Platón, están ahí para distraer. Para que no se hable de temas importantes, sino de llevar un bebé al Congreso.
Mi consejo es el boicot total. Ya sé que es divertido ver de vez en cuando a un monigote descerebrado al que odiar, pero recordar que los han puesto allí para eso, para desviar la atención y para que otros parezcan más moderados o progres.
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