21 mayo 2017

El pensamiento único

A finales de los años 90 se hablaba mucho del "pensamiento único" entre la prensa dirigida a lectores más o menos de izquierdas. El concepto venía de un artículo de Ignacio Ramonet escrito en 1995, y venía a definir la vocación hegemónica del liberalismo económico [1]. En 1996 comienza el gobierno de Aznar, en 1997 el de Tony Blair (que abandona el laborismo para abrazar una "Tercera Vía" más liberal), y de esos polvos vienen estos lodos.


Algunos intelectuales se sintieron enfrentados a ese "pensamiento único", pero de eso hace ya veinte años. En este tiempo hemos visto que incluso algunas figuras especialmente cínicas de la derecha han argumentado que el pensamiento único (y por tanto dominante en la sociedad) es el de la izquierda, y ven socialdemocracia por todas partes, con ánimo de combatirla y llevarnos a cotas aún más altas de liberalismo.

Bien, yo lo veo de otra manera y paso a argumentarlo.

La clase dominante en una sociedad es la que posée los medios de producción cultural [2] y por tanto los valores que transmite son los favorables a la clase dominante. Por lo tanto, si fuera cierto que esta oligarquía es neoliberal los valores neoliberales serían transmitidos a toda la sociedad. Y si fueran socialdemócratas, pues lo mismo.

Las personas que dicen "Yo no tengo ideología" son en realidad las más ideologizadas de todas. Toda ideología aspira a ser hegemónica y que sus valores sean vistos como "el sentido común" de modo que no sean cuestionados. Así que cuando una persona crée no tener ideología en realidad ha asumido la ideología dominante [3]. Incluso se puede llegar a definir como "ideología" sólo a lo que se salga de ese consenso, por ejemplo si un gobierno aplica una política "de sentido común" y alguien le replica se dirá que es una crítica ideológica como queriendo decir que está guiada por dogmas absurdos. Como si la decisión de ese gobierno no hubiera sido también ideológica.

Entonces ¿Cual es esa ideología dominante? ¿Es la neoliberal? Pues yo diría que no, o no exactamente. Es obvio que, como decíamos en el artículo anterior, los valores capitalistas liberales están tan asumidos que cuando alguien habla de "parásitos sociales" la gente no va a pensar en Amancio Ortega u otro gran empresario que se enriquece con el trabajo de sus empleados. Pero tampoco se llega al punto de que la gran masa social crea que hay que suprimir el Estado y privatizarlo todo. Entre otras cosas, porque la oligarquía necesita al Estado para ganar dinero. [4]

La ideología que creo dominante en nuestra sociedad es más bien la socioliberal; es decir, la liberal con unos parches a cargo del Estado. No es una palabra nueva, el famoso economista Keynes se definía como socioliberal. Que, por cierto, hoy en día un liberal como Keynes (ni siquiera socialdemócrata) sea reivindicado por los partidos más a la izquierda nos da una idea de cómo se ha derechizado la sociedad en un par de décadas.

Pero no estamos en un sistema de partido único. La oligarquía nos ofrece poder votar a varios partidos socioliberales, cada uno con pequeñas diferencias, para que nos sintamos libres.


Si nos fijamos el Sistema ha sido el mismo en la mayoría de países tenidos por democracias; un turnismo entre dos partidos, a lo Cánovas y Sagasta, que en el fondo respondían a los mismos intereses pero creaban intensos y enconados debates sobre algunos temas: Temas que en realidad no afectaban al Sistema (por ejemplo, permitir el matrimonio homosexual) pero en torno a los cuales habrá jaleo, o temas que afecten al Sistema pero para mejorar su eficacia (por ejemplo, reformas laborales, repartos de subvenciones a la energía, etc.) desde dos puntos de vista un poco diferentes (siendo uno más conservador y otro más progresista, uno más proclive a un sector empresarial y otro más proclive a beneficiar a otro sector).

En la España de los 90 estos partidos turnistas eran el PSOE y el PP. Ambos estaban dispuestos a todo por entrar en la UE y el euro, ambos a tope con la OTAN y la OCDE, pero percibidos como la antítesis uno del otro de cara a la galería. Así cuando el PP de Aznar privatizó Telefónica recibió alguna crítica por parte del PSOE, pero cuando el PSOE volvió a gobernar no sólo no revirtió la situación sino que se planteó nuevas privatizaciones.

Todavía habrá quien crea que el PSOE es muy de izquierdas y el PP es muy de derechas. A ese público creo que no voy a intentar convencerle de otra cosa. Que alguien lo pensara en 2006 puede ser comprensible, pero si alguien lo piensa en 2017 yo lo consideraría irrecuperable. [5]

Pero el resto puede darse cuenta de que PSOE y PP parecen dos tendencias de un mismo partido único, una Gran Coalición de facto. Y que cuando aparecieron UPyD y Ciudadanos ambos partidos se proclamaron como "socioliberales", con lo que en la teoría y en la práctica llegaron para apuntalar el Sistema. El discurso de acabar con el bipartidismo quedará muy bien para los que crean que el Sistema es bueno, o sea la mayoría que ha aceptado el "pensamiento único", y no quieran una ruptura sino una leve rectificación con un cambio de caras.

Hay quien opinaba que en España se estaban haciendo pruebas y ensayos de cosas que luego se aplicarían en otros países. Lo cierto es que en España hemos vivido antes que en Francia el fenómeno de crear un partido de la nada en torno a una figura (Pablo Iglesias, Alberto Rivera), que luego ha funcionado mejor en el país del norte con el socioliberal Macron.

Macron ha sido un repuesto exitoso para mantener el Sistema sin que nada cambie, todo publicitado como un gran cambio pero en realidad rodeado de figuras de la derecha y la supuesta izquierda. Por no hablar de sus apoyos financieros, desde el Club Bilderberg a la banca Rothschild.

Otra cosa que hemos visto en Francia ha sido un intento de repetir la jugada Trump-Brexit. Estamos viendo que en algunos países se han formado dos facciones entre la oligarquía; a un lado los que pretenden seguir con la globalización porque les da beneficios (Clinton), y al otro los que no le están viendo el beneficio y quieren frenar el proceso (Trump).

En Francia se dio la circunstancia de que la segunda vuelta parecía estar entre Fillon y Le Pen. El problema era que tanto Fillon como Le Pen están en el bando de frenar la globalización. Así que la oligarquía globalista lanzó una campaña para hundir a Fillon y de repente apareció Macron como su candidato favorito. Esta vez les ha salido bien la jugada.

En España creo que toda la burguesía está ganando dinero con la globalización, porque nuestra economía es más dependiente del exterior. Así que de momento no veremos cosas raras.

Dicen que hay que dividir al enemigo para vencer. Por primera vez en décadas parece que hay división entre la burguesía global, pero no somos capaces de plantarles cara. Es otro triunfo de ese pensamiento único. Veremos si en el futuro aparecen más grietas por las que colarnos.



[1] En el artículo referenciado:
http://www2.uned.es/ntedu/espanol/master/primero/modulos/tecnologia-y-sociedad/pensamiento-unico.htm
se define el pensamiento único como centrado en el mercado, la privatización, la desregularización, el dominio de la economía sobre todo lo demás, globalización, y retroceso del Estado frente al Mercado.

[2] Karl Marx: “Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o, dicho en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual"

[3] La reflexión es de Slavoj Zizek, pero en España nos referimos a esa actitud como "cuñadismo".
Para más reflexiones y más profundas: Žižek. Estrategias del liberalismo para ocultar su carga ideológica

[4] Como ya dijimos en el artículo Liberales en lo económico

[5] Ver artículo De 2006 a 2014