28 noviembre 2023

Pablo Motos y el politiqueo


 A finales de los años 90 recuerdo haber aconsejado a gente que escuchase el programa de radio de Pablo Motos en una emisora local. Era gracioso porque se rodeaba de colaboradores graciosos, que soltaban alguna barbaridad subida de tono de vez en cuando, de esas que normalmente no se decían en la radio. Faltarse con gente, referencias sexuales, epatar al personal, la boutade.

Tenía una tertulia política con políticos de varios partidos, todo muy repartido y plural. Recuerdo que un representante del PSOE dijo algo así como "es que Pablo es un poco de derechas" y que Pablo lo negó. La verdad es que parecía totalmente alejado del partidismo y daba voz a todos los que tenían representación. Por otro lado Pablo afirma a día de hoy que nunca ha votado.

Motos da el salto a la radio nacional de la mano de Julia Otero, pero al poco sucede la tragedia. La emisora es comprada por Telefónica, en aquel momento recién privatizada y en manos de un amigo personal del presidente Aznar, y en la pausa de verano el programa es cancelado por supuestas razones políticas y animadversión del PP contra Julia Otero, con "agostidad y alevosía". Pablo Motos se queda sin trabajo.

Cuando cambian las cosas y regresa el programa se percibe que Motos y el equipo en general se han vuelto un poco progres, o por lo menos le tienen algo de manía al PP.

Entre tanto, tras la emisión de la serie "Seinfeld" en Canal Plus, hay quien intenta traer a Españita el formato de la "stand up comedy", lo que llevará a la aparición de "El club de la comedia". Motos se coloca como guionista y llega a copiar algunos chistes de Seinfeld pensando que casi nadie ha visto la serie.

Aterriza de nuevo en la radio, en la cadena M80, con el programa despertador "No somos nadie", donde se rodeará de nuevos colaboradores que le acompañarán años después en su aventura televisiva. El programa radiofónico es divertido, tiene éxito, y cuando salte a la televisión se llevará a buena parte de estos colaboradores que tan bien le han funcionado.

"El Hormiguero" arranca en Cuatro antes de fichar por Antena 3 para una mayor audiencia. Es un fenómeno de ritmo, no deja un momento de respiro, y sobre todo no exige nada al espectador. Es ideal para no pensar, porque no da tiempo, y parece orientado a parejas jóvenes con hijos pequeños, que ni pueden ni quieren pensar mucho.

Dos colaboradores gamberretes del "No somos nadie" ponen la voz a unas hormigas de peluche, un tal Flipy (antes de ser sustituido por reclamar derechos de imagen de un juego) hace experimentos que seguramente alguien grabará en VHS y enviará a Bin Laden para que saque ideas, y Pablo Motos intenta realizar entrevistas que convertirán su programa en la principal promoción de todos los famosos. Si usted quiere vender discos o ha traído una película a Españita debe pasar por el Hormiguero.

Que Pablo Motos no sepa entrevistar es lo de menos, lo importante es tener minutos de pantalla. Se combina la falta de talento con el menosprecio a la inteligencia de los espectadores. No sabe entrevistar porque no deja hablar a la gente, no confía en que digan algo que interese al público, hace preguntas absurdas que no llevan a nada, y eso cuando no resulta incómodo con insinuaciones sexuales o chistes que los invitados no entienden. Algunos tienen la sensación de que les quieren ridiculizar, y Motos se va ganando fama de "baboso" con las mujeres.

Con todo, el programa parece el entretenimiento más blanducho e inocente posible, donde se juega a identificar si una foto es de un "culo o codo". En 2010, por decir una fecha, si usted quería presentar un futuro distópico que causara una cierta sorna, podía imaginar un programa familiar estilo "El Hormiguero" que sirviera de propaganda fascista. Presentar hormigas de peluche haciendo comentarios políticos era como imaginarse algo chocante y contradictorio.

Pero van pasando los años y sucede la mutación, ya no sólo se promociona a artistas sino a políticos. Cuando a Antena 3 le interesó promocionar a Ciudadanos se invitaba a Albert Rivera a divertirse en "El Hormiguero" con cierta frecuencia. A partir de ahí, para no quedar mal, se decide que en las elecciones todos los candidatos principales serán entrevistados por Motos.

Aparecen comentarios de que Motos es más blando con Rajoy que con el resto, se habla también de su animadversión a cualquiera que quiera subir impuestos a los ricos (aunque Rajoy haya sido el que más los ha subido a todo el mundo). Los años siguen pasando y al final Motos da el paso, se hablará de política en su programa. Pequeñas pullas al principio, discursos y homilías después, tertulia con varios invitados a cada cual más conservador. Durante la legislatura 2019-2023 el gobierno PSOE-Podemos pasa a ser el enemigo.

El programa y su presentador sufren un ataque desde el Ministerio de Igualdad cuando aparece un spot para visibilizar conductas machistas, en el que no se señala a nadie pero él se da por aludido. Las redes sociales se llenan de clips de su baboseo, y se comenta que su productora consigue censurar muchos de esos vídeos.

Ya en 2023 el presidente Pedro Sánchez pasa a ser el "enemigo número uno" y pieza a abatir. Este año electoral "El Hormiguero" entrevistaría sólo a Sánchez y a su principal rival, ignorando al resto, y su equipo prepara un programa de acoso y derribo para hundirlo en directo. Pero claro, recordemos que Motos no sabe entrevistar, así que Sánchez le da la vuelta a la entrevista y empieza a remontar en las encuestas. De hecho, creo que Sánchez ha sido reelegido en buena parte gracias a Pablo Motos y a Ana Rosa Quintana, es decir gracias a la incompetencia de estas dos personitas. [1]

La última movida política, que también le ha salido mal, ha sido invitar a Alfonso Guerra para que hable mal del PSOE actual y de Sánchez. Guerra fue vicepresidente del gobierno de Felipe González, otro de tantos hijos de una figura franquista que aprendieron a decir "cosas de rojos" para engañar a los votantes. Pues bien, al final la entrevista ha sido recordada sólo porque Guerra se ha apuntado al cuñadismo de que hoy en día hay menos libertad de expresión que antes y no puedes hacer chistes porque la gente se ofende.

Sin embargo, la idea que tiene Pablo Motos de la libertad de expresión es un poco curiosa, ya que no son pocos los humoristas (desde los que trabajan en la revista El Jueves hasta monologuistas) que afirman haber recibido llamadas pidiendo explicaciones por haber osado hacer un chiste sobre Pablo Motos. Dicen que les llama alguien del equipo para decirles que Pablito está disgustado por algo que han dicho o escrito o dibujado, que se tiran tres horas al teléfono para que les explique los chistes, que parece que les estén grabando, y que han llegado incluso a amenazar a gente con que no trabajarán nunca en televisión.

El caso es que gente como Pablo Motos ha acumulado mucho poder, creando productoras que se han vuelto muy influyentes, y pueden vetar gente. Pero por lo visto esto no afecta a la libertad de expresión y que a alguien le critiquen un chiste de "mariquitas" o de "enanos" que puedes contar de todos modos sí afecta. Cuanto menos es una postura hipócrita por parte de Motos, que cada vez que se queja acaba saliendo peor parado.

En resumen, Pablo Motos ha resultado ser un acomplejado, lleno de rencores, que quiere controlar su imagen pública y no puede, lo cual es especialmente cómico visto desde fuera. Se ha obsesionado con el éxito y el dinero, quiere que le bajen los impuestos a él y a sus empresas, y todo lo demás le da igual. La audiencia no ha bajado con la politización de su programa, por lo que seguirá en esta línea.

Como conclusión, si yo fuera presidente trataría de atraerme a gente así con un régimen fiscal especial. En el panorama actual en el que hasta los programas familiares de entretenimiento se dedican al politiqueo con afán de adoctrinar, la oposición controla la mayoría de medios y no duda en manipular, ya todo vale.

***

[1] Extracto del artículo del pijo conservador Soto Ivars en el que llora por el fracaso de Motos en la entrevista:

"Al más mínimo contacto con cualquier introducción a una pregunta presumiblemente crítica, todo Sánchez reaccionaba cual chimenea de azufre en Islandia y de una bocanada lo dejaba seco. Y Motos, minuto a minuto, se fue extraviando en las escaleras de caracol vertiginosas que conforman el logos del presidente, y se perdió definitivamente en ese laberinto donde Sánchez siempre tiene razón, donde Sánchez nunca miente, donde Sánchez te ofrece la oportunidad de salvarte votándolo a él. ¡Llegó a confesar Motos que no vota como quien muestra el crucifijo a un vampiro!

 

Al cabo de una hora, el presentador estaba sudando como un ciclista y Sánchez ni gota, seco como el papel. Salieron Trancas y Barrancas a cerrar la entrevista y, en vez de marionetas, parecían perros San Bernardo acudiendo a salvar la vida del explorador extraviado con el barrilito de ron. No era para menos: el viaje a las profundidades de Sánchez es más peligroso que unas vacaciones en el K2."

17 noviembre 2023

Iker Jiménez y el politiqueo

Iker Jiménez Elízari es un gran comunicador y periodista, aunque según él mismo se pasó la carrera en la cafetería de la facultad. Al menos así lo confesaba en una lista de correo electrónico en los años 90, donde coincidí con él. Eran otros tiempos y aquello era el equivalente a las redes sociales de ahora. O no. O a los grupos de wasap más bien. O al telegram, o a una cosa moderna de esas.

Iker se había dado a conocer escribiendo artículos como el del hombre-pez en la revista "Enigmas" que dirigía el todavía famoso Doctor Jiménez del Oso. Su estilo era pintoresco, narrando sus peripecias para conseguir la información y de este modo insertándose en el artículo como un personaje más. Esto generaba cierto cachondeo en círculos escépticos, donde se hizo la broma de que se creía Indiana Jones viviendo aventuras (hasta comparte iniciales con el personaje).

Tras triunfar en la prensa escrita de carácter esotérico fichó por la radio, con un programa semanal en la Cadena SER. De allí pasó a la televisión unos años después, en la cadena Cuatro, de la que no se ha despegado. Durante un tiempo compaginó radio y televisión, hasta que dejó la radio.

La imagen popular de Iker Jiménez, al que algunos llamaban "Friker", tal como se veía en imitaciones y parodias humorísticas, era la de un tipo que se creía cualquier barbaridad paranormal que le contasen. Por mi breve contacto virtual con él no creo que haya sido así nunca, siempre me ha dado la impresión de que ni cree ni deja de creer porque sólo le interesa entretener hablando de estos temas sin llegar a ninguna conclusión. Porque es lo que da dinero. Si estos programas demostrasen que algo es verdadero o falso perderían negocio, el negocio está en hablar de lo mismo una y otra vez.

Cuatro fue comprada por Telecinco, del grupo Mediaset, propiedad entonces del ahora fallecido Silvio Berlusconi, y supongo que ahora de su familia y herederos.

No deja de resultar curioso que Iker no hablase jamás de política mientras trabajó en la SER (medio considerado afín al PSOE) y sin embargo, hallándose en una emisora propiedad de Berlusconi, empezase un buen día a opinar de política y opinar lo mismo que Berlusconi, populismo derechista.

Que no digo que no opinase lo mismo antes, ni que se vendiese. Estoy seguro de que es una persona conservadora que siempre ha opinado parecido. Lo que digo es que mientras cobraba de la SER no tenía valor para decirlo, por mucho que vaya de valiente por la vida.

Y así, poco a poco, un programa dedicado a entretener con movidas paranormales y ovnis empezó a soportar pequeños mítines del presentador al cierre. Ensayados previamente en su canal personal de youtube donde se quejaba de que la prensa no dijera si unos detenidos eran moros o gitanos, que a él le interesaba muchísimo ese detalle (por lo visto si los delincuentes son "de los tuyos" es menos grave).

Bien es cierto que previamente Iker se había rodeado de colaboradores bastante conservadores, como el psiquiatra José Cabrera, famoso por culpar a los juegos de rol y su influencia extranjera de provocar un crimen. O un pollastre que fue portavoz de un grupo neonazi, Javier Villamor, o aquella vez en que aludieron al "plan Kalergi", supuesta conspiración de los judíos para destruir a la raza aria promoviendo el mestizaje y el homosexualismo. Pequeños detalles.

Después, durante la pandemia del 2020 Iker fue acusado por los sectores más conspiranoicos y los llamados "nazis del misterio" (entre los que se cuenta el tal Villamor) de no apoyar sus teorías enloquecidas, de modo que le acusaron de ser masón. Iker, de modo astuto, utiliza esto para defenderse de los que le acusan de ultraderechista, como si no se peleasen entre ellos también a ver quién es el más burro.

Los nazis del misterio y Hacienda

Los temas del misterio gustan al gran público sin distinción de ideologías, pero por lo que sea entre los nazis hay gente que ha decidido creer en todo por absurdo que parezca. Con la pandemia del 2020 se han vuelto antivacunas, pero ya desde antes estaban dispuestos a creer en cualquier teoría de la conspiración en la que haya judíos por el medio, en que Hitler tenía OVNIS o bases secretas en la Antártida, en la Tierra hueca y las civilizaciones avanzadas de su interior, y cosas así.

Supongo que una vez que dan el paso de negar el Holocausto (que digo yo, ¿No sería más coherente reconocerlo y estar orgullosos de ello?) ya empiezan a pensar que "todo lo que les han contado es falso" y por tanto cualquier cosa que pareciese falsa debe ser tomada por verdadera (la lógica no es lo suyo).

No es un fenómeno nuevo. Si bien creo que se ha exagerado mucho sobre las creencias esotéricas de los nazis, está claro que al menos Heinrich Himmler estudiaba estos temas. Por llevar la contraria a la "ciencia judía de Einstein" dieron el beneficio de la duda a teorías bastante alocadas como la cosmogonía glacial de Hanns Hörbiger. Tras la derrota nazi algunos se refugiaron en el esoterismo como consuelo religioso, apareció un "hitlerismo esotérico", y se sabe que algunos autores como Louis Pauwels ("El retorno de los brujos") acabaron relacionados con grupos "etno-nacionalistas".

La deriva ha llegado al punto de que personas relacionadas con el partido ultra Democracia Nacional publican un libro sobre "Geoingeniería", que es la actualización de la creencia en los "chemtrails". O sea, creer que las estelas de los aviones no son de vapor de agua sino una conspiración para fumigarnos con cosas químicas que pueden envenenarnos, o impedir que llueva, o provocar el calentamiento global. Por un lado niegan el cambio climático antropogénico pero al mismo tiempo dicen que ese cambio lo hacen soltando químicos con aviones. En fin. En los años 90 los chemtrails eran la purria de las teorías de la conspiración, lo que sólo creían los más reventados de la cabeza, y ahora es de las más populares.

Y aunque los trumpistas no sean nazis (bueno, no siempre, alguno hay) ya hemos visto en otros artículos lo aficionados que son a las teorías absurdas, desde el adrenocromo al cronovisor.

En conclusión, a estos programas del misterio no les cuesta nada encontrar ultraderechistas que hablen de temas del misterio.

Por otro lado la mujer de Iker, Carmen Porter, que se mostraba más abiertamente politizada en redes sociales, recibió una multa de Hacienda en 2020. Eso parece ser una motivación nueva para atacar al gobierno y hacer una cruzada contra los impuestos, en la línea neoliberal de siempre, llegando a invitar a youtubers fugados a Andorra para que despotricasen contra los impuestos.

Politiqueo a saco 

Con la pandemia Iker presume de que en su programa se predijo que el Covid iba a ser algo tremendo mientras los gobiernos llamaban a la tranquilidad. No entro a valorar lo acertado que estuvo, no suelo ver sus programas, pero por lo que me cuentan creo que en realidad apareció gente diciendo cosas distintas y que también tendría que contar las veces que se han predicho catástrofes que no se han cumplido.

En una entrevista que sí he visto Iker presume de que podría hacer cualquier programa y tener audiencia, no sólo de misterio. Esta idea le llevará a lanzar otros programas en Cuatro, aparte de su "Cuarto Milenio", para hablar de lo que le apetezca. Por ejemplo, de que los negros yanquis se quejan mucho de la policía pero las estadísticas dicen que es que hay mucho delincuente negro. Vemos un patrón ahí.

Decide invitar a más youtubers con opiniones "polémicas" sobre mujeres y personas de otras razas, y al bufón conservador Soto Ivars para que llore un poco sobre la "censura progre" que le impide decir lo que piensa. Claro, dirán ustedes, esta gente tiene un altavoz para decir todo lo que piensa y de hecho está diciendo lo que piensa y aún encima se queja y va de víctima... Pues no, no están diciendo todo lo que piensan, si se quejan es porque aún piensan cosas más brutas que todavía no se atreven a confesar.

Parece que este señor y su señora se han embarcado en una especie de cruzada política, con el objetivo de derribar al presidente Sánchez. Supongo que están en su derecho, claro, allá cada cual, pero no deja de sorprenderme que hoy en día se mezcle el entretenimiento con la propaganda política. Hasta hace unos pocos años esto, cuando se hacía, se hacía de forma declarada y sincera. Usted veía "El intermedio" y sabía desde el primer programa que se iba a hablar de actualidad desde un punto de vista un poco progre. Pero con Iker hemos pasado de que se haga famoso con las apariciones de fantasmas y las psicofonías a que aproveche su fama para hacer politiqueo.

Es extraño pero a veces, contemplando este panorama mediático español actual en el que casi todos los medios son de derechas (incluso RTVE, la cadena pública, fue entregada al PP a cambio de una renovación del CGPJ que el PP no cumplió), parece que vivamos en una dictadura mediática de la oposición. Bueno, serán cosas mías.

18 julio 2023

Woke woke woke wok wok

Quizás este artículo llega tarde, ahora que hasta Donald Trump se ríe de la piara antiwoke. Pero durante un tiempo largo se ha visto en redes, y hasta en algunos periodistas, activistas, o politicuchos en general, alusiones al anglicismo "woke" como algo negativo y la explicación de por qué el cine de ahora es peor que el de antes. Detalle este, que todo antes era mejor, que han dicho todas las generaciones del pasado.

La palabra "woke" (despierto) nació para referirse a estar alerta contra la discriminación racial y tuvo éxito entre el público afroamericano. Después se extendió entre el progresismo y se aplicó a estar alerta contra otras discriminaciones y actitudes malignas. Es una palabra con significado positivo. Por eso llama la atención que los carcas se hayan empeñado en apropiársela para darle un significado negativo, sustituyendo a la anterior "Social Justice Warrior" (¿Desde cuando la justicia es algo negativo?).

Y ahí está el problema del que se reía Trump. ¿Cómo argumentas que algo bueno es malo? La mayoría de los carcas antiwoke son incapaces de definir "woke", o si lo consiguen definir son incapaces de explicarnos por qué es algo malo. O de dar una definición en la que todos los carcas estén de acuerdo, o que no se vuelva contra ellos.

Esto se había visto en debates televisivos y era un dardo que Trump lanzaba contra su mayor rival dentro del partido republicano, el gobernador DeSantis, que ha hecho carrera agitando al público contra la supuesta amenaza de lo woke.

 

La utilidad de esta batallita cultural de los carcas es hacer creer a la gente que los malvados woks están censurando cosas, de modo que para defender "la libertad" hay que censurarlos a ellos y a su pensamiento progresista. No es más que una excusa para promover y justificar la censura. Aquí en España están con la misma matraca, gentuza como Soto Ivars o Iker Jiménez llevan años quejándose de que los carcas no pueden decir nada y se les censura, para callar cuando la censura viene de los suyos. Y han convencido a mucha gente, por falta de información.

En esta lucha por hacer aceptable la censura lo primero que se hace es cambiar el significado de la palabra "censura". Hasta ahora la censura era una cosa que se hacía desde el poder. Llegaba un libro o película a un país y unas autoridades políticas o religiosas examinaban su contenido para decidir si se podía publicar o exhibir.

Con esta definición es muy difícil encontrar ejemplos reales de que la progresía censure algo.

Pero ahora no, ahora censurar puede ser casi cualquier cosa. Por ejemplo, a ti no te gusta un actor porque está acusado de partirle la cara a su novia o de acosar jovencitos cuando va borracho, entonces no vas a ver su próximo estreno, en ejercicio de tu libertad de consumo. Pues para los carcas esto es "cultura de la cancelación" y estás censurando a estos santos varones. Eres un woke de esos, y quieres destruir la cultura en general y el cine en particular.

¿Y si una productora no quiere perder dinero y no contrata a estas personas? Censura. ¿Entonces cual es la alternativa para luchar contra la censura del wok? ¿Obligar a la gente a que vea lo que no le gusta?

O quizás usted trabaja en una editorial y quiere publicar un libro de hace 100 años que usaba una palabra que hoy se considera despectiva hacia alguna raza, y claro, podría no publicarlo y a lo mejor le acusarían de censura por tomar una decisión libre, así que decide publicarlo con una pequeña nota al comienzo o decide usar un título alternativo porque si se titula "Diez negritos" no va a venderse bien. Pues según los carcas la segunda decisión es censura woke, aunque usted publique la novela íntegra con un título que ya se usó en su primera edición, y aunque usted lo haga por vender y no porque le importe la justicia social, usted es un censor progre de los gordos.

Y la lista de ejemplos podría seguir, y siempre serían decisiones libres o estrategias comerciales que a ellos les ofenden, porque son de cristal, pero no sería censura porque no se ejerce desde el poder. Y además, ellos también hacen boicots, sólo que casi nunca funcionan.

De hecho, el único boicot carca reciente que ha tenido éxito ha sido el dirigido contra las cervezas Bud Light por haber osado hacer un anuncio comercial con una persona transexual. Pero eso no es "cultura de la cancelación" ni censura porque lo hacen ellos.

Así, aparte de utilizar un falso "Y tú más" para que DeSantis imponga la censura en Florida, o en España se puedan censurar obras de teatro o se llame a boicots enloquecidos, se intenta crear un estado de opinión que favorezca la autocensura en los creadores.

 


Imponer la autocensura por miedo

A mi me dan pena toda la gente que en circunstancias normales estaría contra toda forma de censura, pero que a base de tragarse esta propaganda carca acaba justificando la censura.

¿Que no te gusta que cambien de raza a un personaje clásico? Pues muy bien, pero ese personaje lo ha cambiado libremente el propietario de esa propiedad intelectual, porque piensa que así es más realista o le va a dar más dinero, o porque le apetece. ¿Cual es la alternativa, prohibir?

Conscientes, los carcas, de que no pueden (todavía) obligar a Hollywood y las plataformas de streaming a censurar toda alusión a la homosexualidad, a eliminar personajes de otras razas, suprimir la diversidad que les molesta... Decidieron el ataque económico. Primero el boicot, que no funciona porque... Vamos a ver, si hasta ellos ven esas pelis y series para escandalizarse, cómo no las vamos a ver el resto, que nos dan igual sus paranoias y sólo queremos que nos entretengan.

Así que optaron por vender la idea de que lo "woke" (sin definir nunca claramente el concepto) no vende, que es sinónimo de fracaso, con la frase "Go woke go broke", que se traduciría libremente como que si te haces progre te arruinas.

De este modo esperan que los productores se asusten, que crean que sólo los productos carcas y tradicionales dan dinero, y que los creadores se autocensuren.

Claro que de momento no funciona, ya que las grandes empresas tienen sus estudios de mercados y echan un vistazo a los ránkings de ventas de entradas y de audiencias y ven que no es así, que en todo caso la frase sería "Go woke OR go broke".

Pero como el concepto woke sigue siendo algo difuso (a propósito), la estrategia carca cambió a acusar de forma preventiva a TODO como woke, y luego si fracasa decir "Yo ya lo dije" y si triunfa decir "Jaja ha triunfado porque en realidad es ANTIWOKE y me doy cuenta ahora".

Por ejemplo, la película de Super Mario fue calificada como woke antes de su estreno porque la princesa iba a ser "una machorra empoderada femiloca", y al ser un éxito los mismos dijeron que era "antiwoke" porque no habían gays ni transexuales.

Que digo yo, que para ser "antiwoke" habría que hacer algo más que eso, pero si no saben definir una palabra no van a saber definir dos.

Si vemos la taquilla mundial de 2022:

1 Avatar: The Way of Water 20th Century / Disney $2,320,250,281
2 Top Gun: Maverick Paramount $1,495,696,292
3 Jurassic World Dominion Universal $1,003,700,604
4 Doctor Strange in the Multiverse of Madness Disney $955,775,804
5 Minions: The Rise of Gru Universal $939,628,210
6 Black Panther: Wakanda Forever Disney $859,208,836
7 The Batman Warner Bros. $770,962,583
8 Thor: Love and Thunder Disney $760,928,081
9 The Battle at Lake Changjin II Huaxia $626,571,697
10 Puss in Boots: The Last Wish Universal $484,702,569

De estas 10 yo he visto acusaciones de wokismo a "Avatar" (ecologismo), "Jurassic Park" (negros), "Doctor Strange" (latina con dos madres), "Black Panther" (negros y feminismo), "The Batman" (alcaldesa progre, Catwoman negra), "Thor" (feminismo, bisexualismo, héroe "mangina") y predicciones de que iban a fracasar por ese wokismo.

No porque una película tenga mal guión o por mil cosas más que pueden fallar, no, dicen que si algo fracasa es sólo y exclusivamente por wokismo. Y cuando la predicción falla, no pasa nada, como gurús de secta que son se olvidan y hacen una nueva predicción. Así alguna acertarán.

Ah, y que el éxito de "Top Gun" es sólo y exclusivamente porque es "antiwoke" aunque no sepan lo que es eso.

Es indudable que al gran público le da igual si la Sirenita ahora es negra, se venden entradas igual. Otro tema es si el cine hoy en día es rentable, el cine en general, ya que cada año se recauda menos (el streaming tiene algo que ver en esto) y algunas producciones son tan caras que necesitan recaudar cifras enormes para ser rentables.

Por ejemplo, antes una peli cara costaba 60 millones, hoy puede costar 300. Sumen a esto el coste de la publicidad, que pueden ser 150 más. Ahora contemos con que no todo el dinero de la entrada se lo queda la productora sino que puede ser el 50% y el resto se lo queda la sala de cine, con lo que necesita recaudar 900 millones para recuperar lo invertido.

Así pues, una peli puede ser un exitazo porque la quiere ver muchísima gente y aún así ser un fracaso económico porque es demasiado cara. Lo mismo con las series de TV, "Los anillos del poder" no sería un fracaso de audiencia, ha tenido mucha (incluso es de las series más pirateadas), pero se han gastado demasiado dinero en ella. Por supuesto, serie acusada de muy woke porque protagonista femenina "haciendo cosas de hombres" y elfos morenitos. Que digo yo, la serie me ha parecido muy floja, pero cambiamos a Galadriel por Légolas y sigue siendo igual de floja porque el guión es más importante que el género de un personaje.

Pero basta por hoy, que este tema se puede eternizar. Les dejo a ustedes esta joya: