23 abril 2024

La crisis masculina 2: El macho alfa

 Se dice que entre los lobos hay un macho alfa y una hembra alfa que dirigen la manada. Es falso. Se trata de un mito causado por una tragicómica confusión durante la observación del comportamiento de los lobos por parte de David Mech en 1970. Más tarde descubrió el error: Había observado una camada y los alfa eran el padre y la madre del resto, que al llegar a la edad adulta abandonaban el grupo familiar para crear los suyos propios. En 1999 el creador de este mito se retractó. No existen los lobos alfa (a pesar de los más de 94.000 relatos en Wattpad que incluyen esta palabra en el título). No existe una jerarquía de dominación entre ellos basada en la fuerza ni se han observado competiciones entre ellos.

Si no pude con "El código Da Vinci" me temo
que con estos no paso del título.

"Oiga, pero entre los hombres sí que existen los alfa, doctor Zayus, doctor Zayus, uo uo uo, y si no se lo cree es porque no ha estado en una discoteca. Yo sí, porque soy un hombre de mundo, y he podido observar cómo los hombres alfa se llevan a las mujeres que quieren." Amigo, usted confunde ser atractivo para las mujeres con ser "alfa", que es otra cosa distinta, ya que si fuera lo mismo no usaría la palabra alfa sino "seductor", "ligón", "rompebragas" o "follarín".

En la crisis de la masculinidad (véase el artículo anterior) algunos varones se han apropiado del término "macho alfa" para construirse una identidad, como una tabla de salvación ante el naufragio social en un mundo donde las fórmulas de éxito que valían para 1950 no son útiles hoy en día. Por lo que sea, las mujeres han usado menos este término para referirse a ellas mismas, aunque el mito de los lobos se aplicaría a ambos sexos.

¿Qué es un macho alfa?

Y aquí vamos con el gran problema. Al tratarse de un término pseudocientífico no existe una definición clara, y la más extendida es un poco contradictoria.

La historia del término pasa de ser aplicado a los lobos a ser aplicado a los primates en un libro titulado "La política de los chimpancés". Con semejante título algunos políticos yanquis se interesaron por él y lo usaron para referirse al liderazgo, de ahí pasó al mundo empresarial, y continuó la deriva hacia el coaching y el mundo de la seducción, pasando por la literatura adolescente y los fanfics (no busquen "omegaverso" en la wikipedia).

La primera definición, la más relacionada con la ciencia, denomina "alfa" al individuo con más rango dentro de un grupo. El que más poder acapara, y sólo puede haber uno por grupo. Sus colaboradores más cercanos serían los "betas" y el resto son subordinados. Si aplicamos esta definición a los humanos Bill Gates sería un macho alfa, empresario de éxito, el hombre más rico del mundo durante varios años seguidos, el humano de mayor status en su grupo y en casi cualquier grupo al que se una.

Sin embargo, por su aspecto no parece que vaya a triunfar mucho en una discoteca a no ser que haga una exhibición obscena de su poderío económico. Así que existen otras definiciones contradictorias del término que sólo tienen en cuenta el status cuando interesa, y cuando no interesa te hablan hasta de genética.

En el mundo de la seducción PUA (pick-up artists) el "alfa" es el más dotado genéticamente para reproducirse, y los "betas" son varones infradotados, que si no se reproducen no se pierde nada. Pero acto seguido, y para poder venderte un cursillo de seducción, te dirán que no es sólo genética (ser alto, estar fuerte, con mandíbula cuadrada) sino que puedes aprender a comportarte como un "alfa" y así poder ligar por fin, pobre nuncafollista, y diseminar tus genes beta engañando a las hembras.

Así, ser un macho alfa es una categoría performativa a la que todo hombre puede acceder si "aprende a ser un hombre", más bien una caricatura, un estereotipo, que va más allá de los intentos de seducir mujeres, y promete enseñarte a triunfar en todos los aspectos de la vida y ganar status. Aquí ya entramos en el coaching, la psicología pop, y la pseudociencia barata.

Los rasgos de esta caricatura son la frialdad emocional (las mujeres son emocionales, tú eres una máquina, excepto si te llevan la contraria y te engorilas, claro), el individualismo, exhibir dominancia, ir al gimnasio, ser "productivo", y hacerse amigote de otros alfas. Por lo que sea aquí ya no hay un único alfa en el grupo, rodeado de minions betas, que lucharía contra cualquier alfa que se le acerque porque "sólo puede quedar uno", sino que en esta teoría los alfas se hacen amigos y los betas quedan fuera.

El problema de algunos aspirantes a alfa es su nula habilidad social. Pero ya no es problema porque nos inventamos una nueva teoría, usted puede ser un "lobo solitario" y lo llamaremos "macho sigma", de forma que esto vaya pareciendo un horóscopo y te puedan preguntar de qué signo eres.

Los sigma se identifican con el protagonista de "American Psycho" de forma no irónica, provocando las burlas de las personas normales, así que al final esta categoría se ha convertido en un meme de internet.

Otra contradicción del submundo del coaching de seducción, que merece un capítulo aparte, es que el término "beta" se usa para los varones proveedores. Es decir, que su estrategia reproductiva es la de proveer a la hembra con cosas materiales en lugar de darle sexo salvaje y buenos genes como el alfa. El problema es que en toda la naturaleza el macho proveedor es el alfa. También el alfa es el más social, el menos indvidualista, el mediador en los conflictos, y todo eso que según ellos los alfa no son ni hacen.

El beta pasa a representar todo lo que desagrada al alfa. Si el alfa quiere encarnar todo lo masculino, interpretado desde un punto de vista tradicional y machista, el beta será afeminado, progresista, feminista o "aliado", y por supuesto nada atractivo para las hembras. Excepto porque es un proveedor, claro, con lo que a nivel social estaría por encima de un supuesto alfa que no fuera un proveedor. Bill Gates, que en el ejemplo anterior sería el más alfa del mundo, ahora sería un triste beta.

La posibilidad de que un proveedor tenga buenos genes ya ni se plantea, la excusa genética quedó atrás, recordemos que todo es performativo, "fake it till you make it". El que haya hombres que sí consiguen muchas mujeres en las discotecas (o que consigan pareja estable y fiel) con estrategias totalmente distintas a las del supuesto macho alfa, debe ser un misterio al que no han querido prestar atención.

Es posible que estas teorías hayan sido una respuesta adaptativa a la crisis de 2008, haciendo que los perdedores de la crisis se sientan mejor creyéndose "alfas" mientras que sueñan con seducir a las novias de los "betas" que triunfan profesionalmente.

La palabra beta pasa a ser un peyorativo contra los que no acatan la ideología machista, junto con "mangina" y otras igual de graciosas. Lo curioso es que, como hemos visto, dentro de su propia ideología ellos son betas haciéndose pasar por alfas para ver si cae alguna hembra. Un verdadero alfa ni siquiera ha tenido que estudiar estas cosas, ni se hace llamar alfa. Si crees en alfas y betas, colega, eres un beta. A lo mejor deberías probar la ciencia, no lo que dice un gurú en las redes sociales.

Conclusiones

Poco que añadir. La crisis de masculinidad, provocada por haber recibido instrucciones erróneas para la vida adulta, trata de superar sus frustraciones de muchas maneras, y una de ellas es interpretar la realidad a base de estereotipos. Un análisis también erróneo del mundo animal, combinado con falacias naturalistas que sin embargo suenan a ciencia pero tienen menos validez que los horóscopos, han empujado a algunos chavales a creerse que hay una receta para triunfar en la vida y que las mujeres se sientan atraídas por ellos.

No, no es científico, son varias teorías con sus contradicciones. Estos temas se estudian y no hay nada serio que apoye estas pajas mentales.

¿Puede funcionar? Claro, convertirse en un estereotipo y relacionarse con otros estereotipos puede funcionar. Y también puede fracasar. Las consecuencias del fracaso pueden ser graves y llevar a la víctima del "redpill" al "blackpill" y a ser un "incel".

Y en el próximo artículo hablaremos de los coach de seducción y de cómo sólo pueden ganar dinero manteniendo la inseguridad de sus clientes.

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