16 septiembre 2018

Progreso y religión

Es posible que ustedes hayan escuchado el argumento tópico de que los países protestantes son más ricos y políticamente serios que los países católicos, y que ello se debe a una "ética protestante del trabajo". En este artículo vamos a analizar la validez de tal tópico. Pero primero debería aclarar mi escepticismo previo al respecto, ya que me parece una afirmación que suele presentarse sin desarrollo ni argumentos claros. Luego estudiaremos el origen de la teoría, y después estudiaremos un libro que trata sobre el tema. Y a ver si encontramos algo que nos haga cambiar de opinión o nos de alguna pista sobre el tema más general de si existe alguna relación entre el progreso y la religión.

Para exponer mi postura escéptica: En primer lugar sospecho que se están obviando condiciones materiales del desarrollo de estos países, ya que los países católicos de América son ex-colonias, y ya sabemos que el colonialismo supuso una extracción de riquezas que ha condicionado su evolución posterior. Lo mismo puede decirse de los países árabes musulmanes, sujetos al colonialismo. Es obvio que las metrópolis, por ejemplo España respecto de las colonias americanas, y Turquía respecto de las colonias árabes, tuvieron y tienen un nivel material superior. Pero también, hay que conceder, que ambos países quedaron a la cola en comparación con el resto de Europa. Una cosa no quita la otra.

Correlación estadística no implica causalidad. De todos modos, permítanme una pregunta provocativa: ¿Ahora que la mitad o más de los gitanos españoles son protestantes, veremos que el próximo Amancio Ortega será gitano?

Aparte de esta sospecha de que haya un interés o ignorancia tras el argumento, soy bastante escéptico en cuanto a la influencia de los mandamientos religiosos. Las religiones prohíben cosas que la gente continúa practicando alegremente, y para que un mandamiento tenga éxito debe estar en concordancia con las necesidades de los creyentes. Es decir, las personas no son robots programados. Y las diferencias doctrinales entre protestantismo y catolicismo no son tantas como para predecir que unos serán ricos y otros pobres, o por lo menos yo soy incapaz de ver la relación y ninguno de los que sostienen esta teoría había sido capaz de explicármela.

Por tanto, naveguemos al origen de la teoría: "La ética protestante y el espíritu del capitalismo" de Max Weber. Ensayo económico-sociológico publicado en 1905.

Acudiendo a la wikipedia en inglés desgranamos los argumentos del libro. Las sociedades con más protestantes tienen una economía capitalista más desarrollada. Es decir, a priori el autor entiende que hay algo en el protestantismo que lo hace funcional al capitalismo.

Por supuesto, añado yo, si un país alcanza mayor desarrollo capitalista y sus vecinos siguen en el feudalismo o tienen un capitalismo menos desarrollado, el resultado será que el primero puede colonizar a sus vecinos. Por ejemplo, Inglaterra frente a la católica Irlanda. Falta demostrar a qué se debe el primer empujón.

Pero volviendo al libro de Weber, nos refiere a la teoría de que si la gente ahorra invierte el dinero en negocios y así se llega a la acumulación primitiva que da origen al capitalismo.

Y de nuevo me asaltan las preguntas... ¿De verdad el ahorro es lo que marca la diferencia? ¿Se puede demostrar que hay algo en el catolicismo que impulsa a gastarse el dinero y no ahorrar?

Seguimos con la wikipedia: La Iglesia Católica aseguraba la salvación a las personas que aceptasen los sacramentos y se sometieran a la autoridad clerical. La Reforma protestante acabó con esa certeza. Según Weber los protestantes tuvieron que buscar otros signos de salvación, y por ejemplo en la doctrina de la predestinación de Calvino resulta que Dios ya ha elegido a los que se salvarán y los que no. Es necesario creer que uno está salvado y disipar toda duda, la falta de confianza era evidencia de falta de Fe y un signo de estar condenado.

Pero Weber se refiere al calvinismo, no al luteranismo, al que considera propenso al despotismo burócratico. Distingue entre sectas protestantes. Y para resumir, argumenta que si se prohibía gastar el dinero duramente ganado en lujos y se equipara ese gasto al pecado, y además las iglesias son austeras y no necesitan grandes donativos, y además se piensa que donar dinero a la caridad estimula la mendicidad, vagancia, y pecado en general... Sólo queda ahorrar e invertir.

Una vez expuesto el meollo de la teoría, nos quedamos con que viene a resumir la justificación de que haya ricos y pobres según la fábula de la cigarra y la hormiga. El capitalismo de la época decía haber surgido del ahorro y esfuerzo de unos titanes, obviando de dónde salen los trabajadores que les hicieron ricos. Por lo demás ¿Es cierto que el rico protestante ahorraba e invertía más que el católico? ¿El rico católico se gastaba los dineros en construirse palacios, comprar vestidos a la moda, donar a la parroquia para que comprase cruces de oro, y donar a los pobres, y no le quedaba para invertir? ¿Y si así fuera todos esos gastos no contribuirían al desarrollo del comercio y la producción capitalista tanto o más que la inversión? Me muestren las pruebas, que no lo niego de plano pero no lo tengo tan claro.

Lo que sí hay que conceder al protestantismo es que al recomendar la lectura de la Biblia en el idioma de los creyentes (mientras el catolicismo se resistía a traducirla del latín) contribuyó al desarrollo de las imprentas y a sociedades más acostumbradas a leer. De modo similar el islam favoreció al principio la alfabetización, pero después se resistió a traducir el Corán desde el árabe medieval, y del mismo modo que el catolicismo confió la predicación a una clase de "entendidos". Esto puede explicar más cosas que la teoría de Weber.

Y ahora pasamos al segundo libro:
Que se centra más en la grieta entre los países de lo que llamamos Occidente con los de Oriente Medio y musulmanes en general. Partiendo de una desventaja que era al revés, siendo Oriente Medio la zona más rica y con menos conflictos ¿Cómo se ha llegado al desnivel actual a favor de Occidente?

Los argumentos de Jared Rubin, explicados en el hilo de twitter sobre su libro, son como siguen: Los gobernantes desean seguir en el poder, y para ello necesitan la ayuda de gente que les de legitimidad o poder coercitivo. La zanahoria y el palo de toda la vida. Nunca ha habido un gobernante que pudiera gobernar sin la ayuda de nadie, y esta ayuda se obtiene a cambio de algo.

La legitimación religiosa ha sido vital a lo largo de la Historia. Nos sobrarían los ejemplos. Los imperios musulmanes crecieron rápidamente y lograron una gran extensión, y sus gobernantes tenían una legitimación religiosa. Luego nos ofrece tablas sobre cómo en Europa se aceptó el préstamo con intereses, desde la Córdoba musulmana de 1241 con un máximo de 12,5% hasta la Provenza del mismo siglo XIII con una tasa máxima del 300%

Sigue con datos sobre la Reforma protestante, indicando que las ciudades con imprenta tenían un 29% más de probabilidades de ser protestantes en 1600... Bien, no voy a entrar a valorar sus matemáticas, pero ya llegamos al punto en el que difiere con Weber: Lo importante de la Reforma no fue ningún componente de la Fe protestante, sino que obligó a los gobernantes a buscar otra fuente de legitimidad aparte de la religiosa. Al apoyarse en los parlamentos dieron más poder a las élites económicas.

En el Imperio Otomano la legitimación religiosa del gobierno estaba bien respaldada, lo que llevó a restricciones a la imprenta, lo que impidió propagar alternativas ideológicas, lo que reforzó la legitimidad del sultán. En cambio, en Europa, la debilidad de la Iglesia Católica favoreció la propagación de la imprenta, lo que llevó a la Reforma, lo que debilitó aún más a la Iglesia.

Por supuesto, el Imperio Español siguió siendo católico, y sufrió un nivel de estancamiento similar al del Imperio Otomano. Se ofrecen tablas con datos al respecto.

Y más o menos, eso es todo. No digo que la teoría de Rubin sea perfecta o sea la definitiva, pero creo que se debería investigar más en esa línea que en la de Weber. No creo que sean los mandamientos religiosos los que hicieron que unos países se desarrollasen antes que otros, sino más bien el debilitamiento de una estructura religiosa.

04 septiembre 2018

Literatura: El fin de los tiempos

Existe un género literario cuyas historias se ambientan en un futuro lejano en el que todo se acerca a su final, el Sol se está apagando o es una estrella gigante que va a engullir a la Tierra, o el Universo se enfría o está empezando a colapsar en un Big Crunch. Se le suele llamar "la Tierra moribunda" (Dying Earth). Tiene el encanto de lo decadente, de plantearse un mundo en el que ya casi todo lo que tenía que hacerse ha sido hecho, y no tiene por qué ser algo triste (de hecho, puede haber una última explosión de vida antes de que baje el telón para siempre).

La ciencia dice que el sol puede durar 6 mil millones de años más, pero bueno, la literatura dice que todavía habrán personas para ver cómo muere.

A continuación un repaso a tres obras del género: "Zothique" de Clark Ashton Smith, "Los ojos del sobremundo" de Jack Vance, y "Dancers at the End of Time (Los bailarines del fin del tiempo)" de Michael Moorcock.


Zothique, el último continente

El señor Smith, amigo epistolar de Lovecraft y asiduo contribuyente de las mismas revistas pulp, imaginó Zothique como el último continente de la Tierra. Millones de años en el futuro, cuando la deriva continental haya hecho su trabajo y sólo quede una masa de tierra firme similar a la Pangea del pasado remoto, y los restos de la Humanidad hayan dejado atrás la ciencia y regresado a la magia.

Se trata de relatos cortos pensados para las revistas, unidos por su ambientación. Muy recomendable para quien guste del terror fantástico con cierto poso poético, y las colecciones de capítulos sueltos. Buen nivel literario, el autor maneja un lenguaje culto y está bien traducido. Podríamos decir que los cuentos de Smith son como lo que Lovecraft podría haber escrito de dignarse a mencionar el sexo en sus historias y no haber sido capaz de imaginar a sus dioses Primigenios.

Pese a situarse en nuestro futuro no hallamos nada que nos recuerde a una época desarrollada o histórica conocida. Y dada la ambientación arcaica/medieval lo mismo se podría haber ambientado en un pasado remoto, como las historias de Conan el Bárbaro, o en otro planeta.

Poco más se puede comentar. Es un mundo decadente en el que la vida brota con ferocidad regada por la sangre y la podredumbre, con ruinas de imperios, momias, necrofilia, hechiceros, dinastías reales, lujos enmohecidos, necromancia, amantes condenados, zombis enamorados, insinuaciones de necrofilia, vampiros, lamias, más necrofilia, más hechizos y pociones, pastores de cabras, pescadores, caníbales, demonios y dioses extraños.

   El último y más joven de los emperadores de Nimboth era Illeiro, que murió
durante el primer mes de la plaga y había descansado en su gigantesco
mausoleo durante doscientos años antes de la llegada de los nigromantes.
   Obligado con su gente y con sus padres a servir a los tiranos, Illeiro
reanudó el vacío de la existencia sin hacerse preguntas y no había sentido
sorpresa. Aceptó su propia resurrección y la de sus antepasados como se
aceptan las indignidades y maravillas de un sueño. Sabía que había vuelto a
un sol descolorido, a un mundo hueco y espectral, a un orden de cosas en los
que su lugar era simplemente el de una sombra obediente. Pero al principio
sólo le preocupaba, como a los demás, un vago cansancio y una indefinida
necesidad del olvido perdido.
   Drogado por la magia de sus dueños y débil por la larga nulidad de la
muerte, vio, como un sonámbulo, las enormidades a las que sus padres se
veían sujetos.
   Sin embargo, en cierta forma, después de muchos días, una débil chispa
saltó en su mente, empapada por las sombras.
   Como algo perdido e irrecuperable, detrás de golfos prodigiosos, recordó la
pompa de su reino en Yethlyreom, y el dorado orgullo y alegría que le habían
caracterizado en su juventud. Al recordar esto, sintió un vago estremecimiento de protesta, un fantasmal resentimiento contra los magos que le habían traído a esta calamitosa parodia de vida. Confusamente, comenzó a llorar su posición perdida y la lastimera situación de sus antepasados y su pueblo.

"El imperio de los nigromantes".




Los ojos del sobremundo

Es uno de los libros de la saga que da su nombre al género literario (Dying Earth), aunque Zothique se escribió antes. El escenario es similar, con un sol rojo que agoniza, pero donde Smith ponía poesía y tragedia macabra Vance nos ofrece humor y picaresca. Relatos de aventuras en los que el héroe se salva por los pelos con su astucia o consigue acabar sólo un poco peor que antes. Aquí la historia se continúa en lugar de ser un serie de episodios sin relación.

Podría hacer un resumen del viaje al que el Mago Reidor envía a Cugel, pero sería estropearles la diversión. Prepárense para invocaciones de demonios terrestres y extraterrestres, criaturas mutantes, damas en apuros que acabarán en más apuros, estafas de todo tipo, estafadores estafados, pergaminos mágicos, objetos encantados, y religiosos empeñados en el autoengaño más absurdo.
Colgó una pequeña tablilla cuadrada del cuello de Cugel -. Ahora puedes echar a un lado todo temor a morirte de hambre. Un toque a este potente objeto inducirá elementos nutrtivos a la madera, corteza, hierba, incluso ropas viejas.

(...)

No tardó en sentir hambre, y se acordó del conjuro proporcionado por Iucounu. Recogió un trozo de madera arrojado por el mar y lo frotó con la tablilla, esperando verlo transformarse en una bandeja de apetitosos alimentos o un faisán asado. Pero la madera simplemente se ablandó hasta adquirir la textura del queso, reteniendo el olor y el sabor de la madera que ha estado mucho tiempo sumergida en agua salada. Cugel comió, tragando con esfuerzo. ¡Otro punto contra Iucounu! ¡Lo que iba a tener que pagar el Mago Reidor!




Dancers at the End of Time

En este futuro no ha vuelto la magia, pero con millones de años en desarrollo científico la tecnología ha sobrepasado las promesas de cualquier hechicería. Los pocos humanos que viven en la Tierra (quizás otros ya se fueron) son dioses. Controlan la energía de cientos de estrellas que sus antepasados almacenaron, y la manipulan con una palabra o un gesto de sus anillos-computadores.

El Universo se aproxima a su fin de ciclo, y un alienígena visita la Tierra para advertirles. Su deber es ir visitando mundos para darles ese mensaje. En la Tierra lo reciben de forma un poco menos educada que en otros sitios, lo consideran una curiosidad divertida y lo encierran en un zoo. Estos humanos hace milenios que olvidaron la muerte, apenas recuerdan mal la Historia humana (confunden hechos del pasado continuamente, a pesar de tener la capacidad limitada de viajar al pasado), y pasan el tiempo entre fiestas y placeres. Todavía no se había inventado la palabra "transhumanismo" en el año de publicación 1972, pero son una versión muy dopada y sin brújula moral del concepto.

Esta trilogía es la historia de la última historia de amor, entre Jherek Carnelian, que no conoce el significado de la moralidad y Mrs. Amelia Underwood, nativa del siglo XIX que lo conoce todo sobre ella.

En el primer capítulo el protagonista hace un picnic con su madre, la Orquídea de Hierro, que incluye sexo incestuoso. Es natural que la señora Underwood sienta un choque cultural cuando Carnelian intenta cortejarla, siendo tan ajeno a las costumbres de su siglo a pesar de ser considerado el mayor experto en el tema. Por ejemplo, considera que será un cumplido vestirse con la misma ropa que ella.

Moorcock es famoso por su fantasía heroica (sagas de Elric de Melniboné, y otras, escritas a veces con prisas para pagarse el mes de alquiler) pero aquí nos presenta una comedia. Creo que no se ha traducido al castellano, y si intentan leerlo en inglés les aviso de que el nivel es un poco alto.

Jherek acaba viajando al siglo XIX, con los enredos que cabría esperar. Claro, que lejos de su época descubre que sus anillos de poder no tienen energía.

   -Existe, Sr. Carnelian, una cosa que es la institución del matrimonio cristiano. - Su tono, aunque se suavizó, también se volvió un tanto condescendiente. - Un amor como al que usted se refiere sólo está permitido por la sociedad si las dos personas involucradas están casadas.
(...)
   -¿Quiere usted casarse conmigo? - Ella soltó una ligera y fría risa. 
   -Sí. - comenzó a arrodillarse de nuevo. 
   -Ya estoy casada - explicó - Con el Sr. Underwood. 
   -Yo me he casado, también. - dijo él, incapaz de interpretar el significado de su última frase. 
   -No podemos casarnos, Sr. Carnelian. - Se rió de nuevo. - Las personas que ya están casadas deben permanecer casadas con las personas con quienes ya... ah... están casadas. ¿Con quién está casado usted? 
   -Oh. - sonrió y se encogió de hombros. -He estado casado con muchas personas. Con mi madre, por supuesto, la Orquídea de Hierro. Ella fue la primera, creo, siendo la que estaba más a mano en ese momento. Y luego (en segundo lugar, si no primero) con la Señora Christia, la Concubina Eterna. Y con Mi Lady Charlotina. Y con Werther de Goethe, pero eso fue muy poca cosa, según recuerdo. Y más recientemente, con Lord Jagged de Canaria, mi viejo amigo. Y tal vez con otros cien entre medias.