Isis y Horus: María y Jesús |
Los historiadores no se ponen de acuerdo sobre el éxito del cristianismo en el Imperio Romano. Para los autores más cristianos (la ideología del autor influye sus obras) hubo miles de cristianos echados a los leones, millones de conversiones, y a principios del siglo IV más de la mitad de los romanos ya eran cristianos y era lógico e inevitable que el Imperio asumiera el cristianismo como religión oficial (cosa que ya habían hecho Etiopía y Armenia).
Para otros autores la mayoría de mártires no existieron sino que son leyendas inventadas siglos después, apenas hay pruebas de persecuciones a gran escala y cuando las hubo la mayoría de cristianos renegaban de sus creencias y evitaban ser ejecutados por traición, y a principios del siglo IV tal vez sólo un 10% de los romanos eran cristianos.
En la segunda mitad del siglo II el pagano Celso escribió sobre los cristianos de su época:
"Vemos, efectivamente, en las
casas privadas a cardadores, zapateros y bataneros, a la gente, en fin,
más inculta y rústica, que delante de los señores de
casa, hombres provectos y discretos, no se atreven a abrir la boca;
pero apenas toman aparte a los niños, y con ellos a ciertas
mujercillas sin seso, ¡hay que ver la de cosas maravillosas que
sueltan!"
"Entre los cristianos se dan órdenes
como esta: Nadie que sea instruido se nos acerque […] No, si
alguno es ignorante, insensato, inculto o tonto, venga con toda
confianza. Ahora bien, al confesar que tienen por dignos de su
Dios a gente de este tipo, bien claramente manifiestan que no
quieren ni pueden persuadir más que a necios, plebeyos,
estúpidos, esclavos, mujerzuelas y chiquillos"
Las mujeres tenían menos instrucción que los hombres, sobre todo en clases bajas urbanas. En esta época la amante favorita del emperador Cómodo era cristiana, y tiempo después la madre del emperador Constantino. El atractivo del cristianismo para las mujeres de la época está demostrado, pero mucha gente se pregunta cómo es posible, dado que es una religión que pone a la mujer en un papel tradicional y subordinado al del hombre. Claro, que las mujeres de clase baja urbana ya estaban en esa situación subordinada.
Mi teoría es que para los hombres el cristianismo era la historia de un dios que se hizo hombre, pero para las mujeres era la historia de una madre que ve morir a su hijo. Eso era muy habitual entonces y les producía empatía.
Michellangelo |
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