24 noviembre 2019

Intervenir el mercado promueve la libertad económica individual

En tiempos antiguos los filósofos dedicaban largos ensayos a preguntarse qué era la libertad o la justicia. Hoy todo está mucho más claro, al menos para alguna gente, y definen su libertad como "poder elegir entre Coca-cola y Pepsi".

Luego van a cenar a un sitio y sólo tienen una de las dos bebidas, pero eso es otro tema porque ahí rara vez deciden ejercer su libertad de irse a otro sitio. Normalmente se quedan y se aguantan, o piden otra cosa.

Bueno, en fin, yo creo que la libertad es otra cosa. De otro modo no hubiera existido ni como concepto hasta que no se inventaron la Coca-Cola o la Pepsi, la segunda que se pusiera a la venta. Y luego está el pequeño detalle de que para poder comprar una u otra necesites tener dinero. Está claro que el dinero que tengas disponible repercute en tus opciones de consumo, porque también podríamos hablar de "poder elegir entre un Ferrari y un Lamborghini" y a lo mejor hay poca gente que tenga ese grado de libertad.

Si le ponemos a la libertad (concepto abstracto) el apellido "económica" podemos hablar de cosas más concretas y menos abstractas. El problema es que cuando se habla de "libertad económica" y se hacen ránkings de países por grado de "libertad económica", siempre se están refiriendo a la "libertad económica empresarial" y no a la individual.

Porque en la teoría el liberalismo (que esta gente que hace esos ránkings dice representar) promueve la libertad del individuo pero en la práctica la libertad empresarial puede ser a costa de la individual. Así pues, en estos ránkings figura Singapur en el primer puesto, por las facilidades que da a la inversión extranjera. El grado de libertad de expresión que haya en Singapur, por ejemplo, no se tiene en cuenta. Se refiere sólo a libertad empresarial.

Y tampoco exactamente. Ya que una empresa, para competir en un mercado, puede enfrentarse con barreras de entrada (y no barreras "políticas" sino que se necesite una inversión demasiado grande para empezar) y con clientes cautivos. Por ejemplo, en Singapur la mayor parte del suelo es propiedad del Estado, así que sería imposible entrar a construir edificios sin su permiso. Es curioso que eso no se refleje en ese ránking, así que aún parece menos fiable.

Mucho menos en cuenta se tiene si al individuo le queda mucho o poco dinero para decidir libremente en qué lo gastaría entre su sueldo y los gastos fijos tales como el alquiler, que a lo mejor sería un buen baremo para calcular la libertad económica. Leo por curiosidad ofertas de trabajo y gente quejándose de que por las ofertas de 3.000 dólares que reciben no les compensa vivir allí. No parece todo tan bonito para los "individuos".

Y es que estos pseudoliberales son unos maestros retorciendo el significado de las palabras. Así consiguen llevar las conversaciones a su terreno. Por ejemplo, llaman "socialismo" a toda intervención del Estado, así si un gobierno de derecha liberal provoca una catástrofe económica dirán que no es realmente liberal sino socialista porque todavía ha intervenido en algo.

No son honestos con el lenguaje, y su concepto de "libertad económica" es otra prueba de ello. Usan la palabra "libertad" porque suena mejor que decir "que las empresas hagan lo que quieran sin pagar impuestos ni seguir regulaciones mientras que a ti te quedan cuatro euros a fin de mes" y luego encima van de individualistas.

Es por ello que deberíamos recuperar la palabra "libertad" para nosotros y cuando se hable de "libertad económica" distinguir entre si es una libertad para el individuo o no. Un país en el que los alquileres fueran muy bajos por ley tendría más libertad económica individual, por ejemplo.

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