Singularidad tecnológica

La "singularidad tecnológica" sucederá cuando los humanos fabriquen una máquina más inteligente que un humano. A partir de ese momento esa máquina sería capaz de diseñar otra máquina aún más inteligente que ella misma, y en poco tiempo los humanos compartiríamos el planeta con seres cuyas capacidades nos exceden en una forma que no podemos comprender, creando unos avances tecnológicos que no podemos prever.

Seguramente habrá un límite a esa inteligencia, pero las máquinas serán más eficientes que los organismos biológicos en todos los aspectos.

Hay gente que ya está pensando en todo esto antes de que suceda. Los escritores de ciencia-ficción llevan mucho tiempo pensando en todo tipo de teorías para poder pagarse el alquiler o comer dos veces al día, y en algunos casos hasta para mantener una familia o consumir dronga regularmente. Y aparte están los científicos, claro.

¿Cómo será la personalidad de una inteligencia artificial? ¿Cual será su relación con los humanos? ¿Tendrá emociones? ¿Tendrá algo que temer de los humanos? ¿Se irritará con ellos por considerarlos idiotas? (Siempre pensamos primero en lo negativo).

Los humanos tienen el curioso concepto de que la existencia tiene "un propósito" o "un sentido de la vida". Lo cual es bastante absurdo. Los objetos se fabrican para un propósito, no los seres vivos. Sin embargo, los humanos al ser influídos por su capacidad de crear objetos (o hijos de forma voluntaria), y su utilización de los animales, han desarrollado el concepto de que las vidas tienen un sentido finalista. De ahí, entre otras cosas, puede provenir también el concepto de un "creador último" que en algunas mitologías construye a los humanos como figuritas de barro, o a partir de la sangre de otros seres, y les ordena que le sirvan y alimenten.

Si los humanos han llegado a estas conclusiones irracionales a lo largo de su existencia como especie, es posible que las inteligencias artificiales lo tengan todavía más claro: Saben que han sido creadas y tienen a sus creadores ahí presentes para dialogar con ellos. Su existencia debe de tener un propósito muy concreto, y esa certeza influirá en su personalidad. Lo cual puede ser positivo para nosotros como especie.