06 mayo 2018

Apropiación cultural

Es evidente que en nuestra sociedad todavía hay racismo. ¿Cómo me iría en las entrevistas de trabajo si mi aspecto fuera de gitano? ¿Recibiría muchas ofertas si en mi CV mi nombre de pila fuese Mohamed? Bueno, seguro que a ustedes se les ocurren muchas situaciones de discriminación, aunque también se han dado cuenta de que no se trata igual a un negro norteamericano con dinero que a un negro africano sin dinero.

A poco que tengamos empatía nos damos cuenta de que hay que luchar contra el racismo. Por desgracia esto de la empatía no abunda, y el cerebro humano tiende a hacer distinciones tribales. Tampoco ayuda que algunos medios de comunicación estén en manos de gente racista [1], que cuando hay un suceso sólo destaca la nacionalidad o raza de los agresores cuando no es española, pero no lo destaca en el caso de las víctimas.

¿Pero cómo luchar contra el racismo? Parece una tarea complicada. ¿Hay que ser abogado y pleitear? ¿Hay que ser dueño de un medio de comunicación? ¿Algo más sencillo? Se puede empezar por tratar a las personas como individuos, cada cual con su circunstancia, y exigir que se mejoren las circunstancias de todos los individuos. Para el pensamiento racista los genes están por encima de toda circunstancia vital, y si dejamos a un bebé chino en una isla desierta piensan que acabará comiendo con palillos porque lo lleva en la sangre.

Y así llegamos al tema del artículo: El concepto de "apropiación cultural". Por culpa del posmodernismo hay gente que piensa que luchar contra el racismo es evitar que se puedan sentir ofendidas personas de grupos oprimidos (aunque la persona como individuo no haya sufrido esas opresiones, lo que cuenta es la pertenencia tribal a un grupo). Y creen que estas personas se ofenderán si ven que personas de otros grupos se "apropian" de "su cultura". Cultura que a lo mejor piensan que se lleva en los genes, por cierto, lo que paradójicamente convertiría el concepto de "apropiación cultural" en una idea racista.

Por ejemplo, la teoría de la apropiación cultural dirá que sólo te puedes hacer trencitas en el pelo si eres de raza negra, y que si una persona de otra raza se hace trencitas está faltando al respeto y además ignorando un profundo sentido cultural que tiene llevar esa estética, aunque ahora mismo no te sabría explicar en qué consiste y ninguna persona negra se haya sentido ofendida. Antes pensábamos que era racista pensar eso de que si eres de tal raza sólo te puedes vestir y peinar de una manera, pero ahora esta gente ha descubierto que era al revés, que borrar las diferencias sería racismo y que lo bueno es mantener los estereotipos raciales.

Porque lo que realmente les importa es ponerse la medallita y decir que están luchando por un mundo mejor. Quieren casito, y creen que ganan puntos por señalar a los demás lo que están haciendo mal. Supongo que la mayoría aún son recuperables, y que ese deseo de mejorar las cosas se podría canalizar hacia algo útil que no recuerde a la Inquisición, pero para ello deberían reflexionar un poco sobre si lo que están haciendo es útil para la causa o están consiguiendo los efectos opuestos.

¿Existe algún caso real en que una persona esté legitimada en ofenderse por una apropiación cultural? No lo descartemos a priori por cuatro idiotas, vamos a pensar en ello.

Lo de "legitimada" lo digo porque ofenderse se puede ofender cualquiera por cualquier cosa subjetiva, de lo que hablamos es de si existe una razón objetiva.

Un ejemplo de los que se suelen manejar es lo relacionado con las creencias espirituales, por ejemplo que alguien por moda o estética luzca símbolos religiosos sin ser creyente. Bueno, ahí tenemos que reconocer que sí que puede haber un motivo de ofensa, aunque no siempre. Dependerá del significado que ese símbolo tenga en esa religión y de cómo se esté usando. Así que tampoco sería una regla válida en el 100% de los casos. Por ejemplo, si un ateo lleva un crucifijo no creo que un católico tenga derecho a ofenderse, pero si se lo mete por el culo sí que tiene derecho a ofenderse. Aunque a eso yo no lo llamaría "apropiación cultural", habiendo otras palabras para definirlo.

Una "apropiación religiosa" (palabra que no usarán en lugar de cultural) sería que alguien llevase kipah sin ser judío, o el turbante sij o el brazalete kara sin haber hecho los votos del khalsa.

Otro ejemplo, que alguien pretenda ser un chamán sioux sin ser de raza sioux, y esté cobrando por hacer ceremonias. Bien, ahí o bien se le puede llamar estafador, o bien podría haber aprendido de un auténtico chamán sioux, en cuyo caso estaría en su derecho y sería estúpido criticarle por no ser de la raza correcta. Lo mismo si ha aprendido kung-fu sin ser chino.

Otro ejemplo, disfrazarse de estereotipo racial para ridiculizarlo. Pues es una actitud racista, pero no es una "apropiación" de nada. ¿Por qué inventar palabras nuevas? También es machista, dando otro ejemplo, que hombres aprovechen para vestirse de mujer en carnavales y escenifiquen con ello su idea de "todas putas". Pero no lo llamamos "apropiación sexual".

¿Vender cosas inspiradas en tal o cual artesanía nativa? Bueno, es una explotación de unos elementos asociados a una cultura, cierto. Como hay dinero por medio será un tema delicado, pero no acabo de ver creíble que por ser de tal raza te tengan que pagar un porcentaje de todo lo que se fabrique basado en un diseño de tus antepasados.

¿Ser un pijo y hacer flamenquito? Eso es postureo.



Así pues, por resumir, creo que el concepto de "apropiación cultural" debería desterrarse, aunque hay casos de "apropiación religiosa" indebida, y una serie de conductas racistas que se puede calificar como tales sin camuflarlas con el adjetivo "cultural". También es posible que alguien, sin pretenderlo, ofenda a otra persona, y que se puede aprovechar para explicar las cosas y mejorar la empatía y la convivencia social sin que parezca que estamos protestando para llamar la atención o ganar puntos en el juego identitario posmoderno.

También creo que los progres que se preocupan por estas cosas son mejores que los carcas, y que esa preocupación se puede reconducir hacia una lucha más efectiva.

Y que casos como el de un chino-americano linchando en Twitter a una blanca por ir al baile de graduación con un vestido de inspiración oriental son el ejemplo que decía antes de payasada que va a conseguir el efecto contrario.




[1] "En la primera reunión a la que me convocaron, me encontré a Pablo Mayo, a su socio, a Roberto, a Salazar y a Javier Martínez, jefe de sucesos del periódico Las Provincias, ultraderechista y amigo íntimo de Roberto."
https://www.diagonalperiodico.net/libertades/fortuna-del-negocio-la-prostitucion-va-grupo-minoritario-ultraderechista.html

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