08 diciembre 2018

La trampa del activismo

¿Qué es el activismo? Hasta hace unos años era gente que tenía una militancia política y tenía un papel activo en torno a su causa. Hoy en día el término está bastante desdibujado, y hasta se habla de "microactivismo" en redes sociales.

Y sobre todo aparece la problemática de que haya gente que quiere vivir del activismo. Que quieren cobrar un sueldo para dedicarse al activismo a tiempo completo. Una suerte de "liberados sindicales" o "políticos profesionales" aplicado a cualquier campo reivindicativo. Con los mismos defectos que vemos en esos "liberados" y "profesionales".

Es decir: ¿Hasta qué punto un activista profesional está luchando por una causa o por ingresar su sueldo? Bueno, no entendamos esto mal, creo que si alguien tiene que desplazarse para dar una charla sería lógico que le pagasen el desplazamiento, y si alguien realiza un trabajo (cartelería, hacer camisetas, escribir en prensa, etc.) debe recibir un pago... Pero existe una diferencia entre eso y la dependencia económica.

¿Y hasta qué punto se está utilizando el activismo como trampolín para entrar en la política profesional?

Sí, luego hablaremos de esto.


Los problemas de dedicarse a la política

Como vimos en un artículo anterior (Democracia y mercado) un trabajador normal no lo tiene nada fácil para hacer política partidista. En un sistema capitalista la política queda para:

1) Gente de familia rica que no necesita trabajar.
2) Funcionarios.
3) Personas normales que quedarán vulnerables al paro y la pobreza, a no ser que:
3.A) Se profesionalicen en la política, plegándose a lo que les manden para mantener el cargo.
3.B) Se corrompan para tener unos ahorros o un buen empleo ("puerta giratoria") cuando pierdan el cargo.

Las soluciones a este problema pasarían por:

1) Un sistema de empleo garantizado para todos.
2) Derecho a cobrar una prestación por desempleo elevada para todos los ex-cargos.
3) Hacer funcionario o interino a todos los ex-cargos.

Pero ustedes saben la oposición y dificultades que habría para cualquiera de estas opciones.

Ahora traslademos este problema general al mundo del activismo. Con las dificultades que pueden tener ciertos sectores de la población para acceder a un empleo digno (pongamos por ejemplo la discriminación de minorías raciales) si consiguen posicionarse como activistas... ¿Hasta qué punto van a luchar por defender a su colectivo o por mantenerse en su puesto? Por supuesto que los sectores más vulnerables deben estar representados, pero el Sistema tiene la forma de aprovecharse de esa vulnerabilidad.

¿Entonces el activismo debe ser un hobby de los ricos? Pues tampoco parece deseable, por buenas intenciones que tengan algunos. Además, que sean de "familia bien" no significa que tengan la vida resuelta. Es sorprendente la cantidad de jóvenes de familias pudientes que han conseguido enchufarse en el 15-M y los "ayuntamientos del cambio". Habrá que ver dónde acabarán dentro de unos años, cuando dejen de sacar beneficios personales.

Porque no es la primera vez que los hijos de la pequeña burguesía se meten en partidos progres y al cabo de unos años militan en la derecha reaccionaria. Será curioso ver cuanta gente que hoy tiene un cargo acaba perdiendo la silla y buscando otra en otros prados.



Por ejemplo, en Brasil hay una ex-activista de Femen, Sara Winter, que ahora es activista del fascista Bolsonaro. Ya comenté en otro artículo que la gente de Femen no era de fiar porque cobran y parece que hayan pasado un cásting para actuar.

Qué es un derecho y qué es un privilegio

Por definición un "privilegio" es una "ley privada", una excepción que la autoridad concede sobre una norma general. Un privilegio sería, por ejemplo, que los policías no pagasen impuestos.

Que no se aplique un derecho de forma efectiva no significa que su aplicación correcta sea un privilegio. Para cierto activismo es importante hablar de "privilegios" en lugar de derechos y enfrentar unos colectivos contra otros.

En el campo del trabajo ya hemos visto como cada vez que un colectivo hacía una huelga (controladores aéreos, estibadores, mineros, barrenderos, etc.) era señalado como "privilegiado" desde los medios, con el objetivo de dividirnos. A lo mejor si tienen mejores condiciones de trabajo es porque han luchado más que otros, y pedir que les quiten "privilegios" y nos igualemos todos por abajo es de ser idiota.

Pues lo mismo para otros colectivos. ¿Queremos derechos para todos o estar enfrentados? ¿Hay más mercado para el activismo si se perpetúa o acentúa el enfrentamiento que si se consiguen derechos para todos?

Identitarios

¿Acaso la lucha contra el racismo la deben liderar los blancos? Bueno, es obvio que no. Hoy en día no es como en el siglo XIX, cuando debió ser Abraham Lincoln quien liderase el fin de la esclavitud de los negros en EEUU.

Pero imaginen ustedes que Lincoln hubiese copiado el lenguaje del activismo posmoderno. Que hubiese empezado sus mítines diciendo a sus posibles votantes que eran "unos blancos privilegiados cis-heteros y deberían deconstruir su racismo intrínseco". ¿Le habrían votado?

El activismo profesional ha acotado su territorio. De repente un hombre no puede ser feminista, sino en todo caso "aliado de la lucha feminista", aunque por definición si cree en la igualdad debería ser considerado feminista. ¿Es posible que sea una estrategia para que estos puestos sólo puedan ser ocupados por mujeres, con lo que se quitan competencia?

Estaremos de acuerdo en que queda feo poner a un hombre al frente de una reivindicación feminista y dejar a las mujeres detrás, pero la exclusión de los hombres sería un error que tiene pocas explicaciones. Hace unos años, en redes sociales, los machistas agitaban el estereotipo de "feminista odia hombres" y troleaban haciéndose pasar por personajes así de estereotipados. Es curioso que ahora encontremos perfiles que ya no sabemos si son trolls o mujeres que se creen feministas pero piensan como un troll machista. Debe ser la famosa "Ley de Poe".

Las luchas identitarias necesitan un enemigo que cumpla con todos los mal llamados privilegios. El varón siempre es privilegiado aunque existan mujeres millonarias y hombres mendigos. Si el varón es blanco y heterosexual se coloca en la cúspide de los "privilegios".

No entiendo muy bien la estrategia identitaria. Parece que crean que uniendo a todos los colectivos "no privilegiados" sumarán más para abolir los "privilegios". Es una estupidez, primero porque entre el enemigo que escogen han habido siempre personas a favor de sus derechos, y segundo porque entre sus propios grupos y los aliados que escogen hubo siempre gente que no les apoyará o directamente les atacaría. Transformar la lucha de clases en una de colectivos es un absurdo.

Al final parece que les interesa más provocar la reacción y el ataque que ganarse aliados. Habrá más mercado en ello, supongo. Pero el resultado va a ser que cada vez les apoye menos gente. El que era feminista no se va a volver machista, pero a lo mejor deja de votar a un partido que sostiene a personajes que parecen una parodia del feminismo.

Es curioso que este activismo se base en modas ideológicas importadas de EEUU, sin adaptar a nuestra realidad (por ejemplo, aquí hay más gente que se considera blanca que allí), y sin darse cuenta de que tras tanta tontería al final las elecciones las ha ganado Trump. Su adoración por lo anglosajón raya en lo paródico.

La competencia salvaje entre activismos

Antes había activismos más genéricos, como por los Derechos Humanos, o la ecología. Ahora se lleva la especialización. Y eso no tendría por qué ser algo negativo, pero tiene un potencial para crear enfrentamientos entre colectivos. Tenemos gays misóginos, feministas racistas, etc. Y si alguien habla de sus problemas está "invisibilizando" los problemas del resto. Vean un ejemplo de este absurdo:

¡¡Pues tu comentario "invisibiliza" a las personas trans!!
Las identidades se vuelven excluyentes. Por ejemplo, existe un discurso que contrapone "la diversidad" (raza, género, orientación sexual) por un lado y "la clase obrera" por otro lado. Es decir, hay un sector que dice estar en la izquierda que está haciendo el discurso de que "les activistes" se ocupan sólo de "rollos identitarios" y dejan de lado a la clase obrera, y por otro lado activistas diciendo que hay una izquierda anticuada que sólo habla de clase obrera y quiere dejar de lado la diversidad.

Vamos, como si las mujeres, gays, o no-blancos no formasen parte de la clase obrera. Y esto es una crítica que se puede aplicar a ambos bandos y a todo el que intente hacer una lectura excluyente. No sé si se entenderá por parte de quien no suela leer redes sociales, pero así de mal está el patio.

Y a río revuelto no podía falta la aparición de los activistas de la derecha rancia-liberal. Empezando por EEUU y Canadá, retozando con la esfera trumpista de la alt-right, y siendo copiados en España. Seguimos importando tonterías, ahora también del otro bando.

Por ejemplo, ha aparecido un tan Jordan Peterson, una especie de psicólogo que ha detectado que los milenials añoran una figura paterna a la antigua usanza y ha decidido convertirse en esa figura. Descrito como el modelo de persona inteligente para los tontos, consiguió hacerse famoso en Youtube, publicar libros, e ingresar donativos mensuales para sostener su activismo contra los pronombres de género y otra serie de polémicas retroalimentadas contra el activismo supuestamente progresista. En España, un fan suyo que se hace llamar "Tío Blanco Hetero" se dedica a atacar las polémicas más absurdas, ganar dinero también con donativos mensuales, y sostener posturas neoliberales sin declararse abiertamente de derechas.

La trampa de la diversidad

Sobre este libro de Daniel Bernabé debo advertir en primer lugar que no lo he leído ni creo que tenga tiempo para ello. Así que sólo puedo hablar de entrevistas y otros artículos del autor.

Por lo leído alrededor del tema creo que señala acertadamente toda esta catástrofe del activismo, y resulta curiosa la cantidad de ataques que recibe (de parte activistas, gente que quisiera ser activista, y gente que sigue a las dos primeras en redes sociales y se cree su versión) entre los que destaca el enorme esfuerzo de sus detractores por no leer el libro y caer en la falacia del hombre de paja: Es decir, inventarse lo que dice el libro. Nada describe mejor la magnitud del problema que esas reacciones.

Acabando el artículo

Seguro que me dejo cosas por comentar, y no sé si me he sabido explicar porque cuando atacas al activismo puede parecer que atacas a las causas que ese activismo dice representar. Y no es la intención, claro. ¿Qué se puede hacer? ¿Se puede desmontar el chiringuito? ¿No es para tanto y estamos equivocados al criticarlo y seguro que tanta lucha parcial nos hará más fuertes?

No nos dejemos engañar. El objetivo debe ser libertad, igualdad, fraternidad, para todos.

1 comentario:

Doctor Zayus dijo...

Sobre Jordan Peterson (en inglés):

https://rationalwiki.org/wiki/Jordan_Peterson

Conservadurismo, neomachismo, y pseudociencia para jovencitos confusos.