En los años 80 aparecieron películas de acción que no gustaron nada a los críticos de cine. Había demasiada acción para ellos. Seguro que sus padres opinaban lo mismo de películas que a estos críticos les parecían obras de arte.
En 1987 apareció "Arma Letal" y se llevó los palos de la crítica. Pero su guionista, el debutante Shane Black se defendió diciendo que las historias que escribe no se entienden si les quitan las escenas de acción, porque en esas escenas ocurren cosas que hacen avanzar el argumento y no están ahí sin motivo ni para rellenar metraje.
Por supuesto que entonces ya existían películas en las que la acción no hacía avanzar ninguna trama. Las de artes marciales casi siempre pueden verse separando las escenas de pelea del resto.
En los años 90 se generalizaron los montajes estilo video-clip. Es cierto que Spielberg ya tenía como costumbre hacer planos de escasa duración para que pareciese que había más movimiento, y que la película "Los inmortales" es muy videoclipera, pero creo que es con Alex Proyas y "El cuervo" (1994) cuando se normaliza esta forma atropellada de montaje. Supongo que aparte del dinamismo da ventajas para hacer las escenas de acción y lucha, así se notan menos los trucos y no hace falta ensayar coreografías y planificar la puesta en escena.
Otra forma tramposa de resolver la acción es mover mucho la cámara, como puso de moda "El caso Bourne" (2002). El caso es que a pesar de la decadencia de las escenas de acción todavía podía haber un guión decente. Pero hay algo en los guiones modernos que me hace sospechar que son poco más que una suma de escenas de acción sueltas, juntadas de mala manera.
Hay películas como la versión de Conan de 2011 cuyo guión está estructurado como un videojuego. Pero no uno de los de ahora, sino de los de antes, de los de pasarse pantallas.
Lo que arruinó esta película fue el guión. Podrían haber adaptado una de las historias originales, "Nacerá una bruja", o incluso "Clavos rojos", pero tenían que inventarse algo nuevo. Y en vez de contar una historia con su desarrollo y sus personajes que evolucionan, como fue la versión de 1982, se contentaron con idear "pantallas" como si fueran capítulos separados con mucha "acción". Bueno, lo que esta gente cree que es acción.
La película empezaba bien, con la infancia de Conan, la prueba de madurez, el ataque de los pictos. A partir de ahí todo se viene abajo.
Cada escena se estructura como sigue: Conseguir un objetivo para avanzar en el juego, enfrentar un peligro, usar objetos o aliados, pasar a la siguiente pantalla.
Hacia el final, por ejemplo, hay una escena en la que Conan tiene que entrar por una puerta cerrada, para ello debe visitar al pícaro que tiene la habilidad de "abrir puertas", una vez la abre ese personaje deja de ser importante (bueno, en realidad ni siquiera el protagonista tiene entidad, ni sus enemigos) pero para pasar a la siguiente pantalla debe derrotar al monstruo "pulpo gigante" o esquivar sus ataques, y de ahí pasará a la última lucha contra el Final Boss.
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Fijaros cuando estéis viendo una película de acción, a ver si parece una colección de escenas sueltas. Son una plaga. Y si no, las que meten escenas de acción que consisten en muchas cosas que se mueven, se alargan demasiado, no aportan nada, no tienen ni tensión porque ya sabes que van a salir bien, y estás deseando que se acaben cuanto antes (por ejemplo, "El destino de Júpiter"). Esto en mis tiempos no pasaba.
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