En tiempos del Imperio Romano una de las principales atracciones para el populacho eran las carreras de carros, de las que habían cuatro equipos en cada ciudad: Rojo, Blanco, Azul, y Verde. Cada equipo arrastraba una facción de seguidores y hasta los emperadores eran de un equipo o de otro. Pasados los siglos se prohibieron las luchas de gladiadores y las carreras aumentaron su popularidad, pero los cuatro equipos se conviertieron en dos; Rojos y Blancos perdieron seguidores y acabaron compitiendo dos carros Azules contra dos carros Verdes. Ahora se podía hacer una maniobra que resultó muy popular; un auriga saltaba de un carro a otro en mitad de carrera.
Los Azules y los Verdes se convirtieron en bandas callejeras que se mataban en las calles y en los hipódromos. Imitaron en la estética a los hunos y a los persas, para ser más temidos, y ocultaban espadas cortas bajo sus capas. Atracaban a ciudadanos en la calle, violaban en casas, y asesinaban en las iglesias.
Lo que llama la atención en esta ocasión no es tanto el fenómeno de las facciones sino el que se polarizasen en dos y que sus energías estuvieran concentradas en combatirse mutuamente en lugar de unirse contra el emperador. Algo parecido ocurre con las bandas actuales y los grupos extremistas, parece como si fueran formados de dos en dos y dedicados a pelearse entre ellos (los Blood contra los Crips, Latin Kings contra Ñetas, etc.)...
Si yo fuera un pez gordo en la policía o los servicios secretos me dedicaría a fundar grupos extremistas de distinto signo. Todo serían ventajas para el Sistema:
-Serían un cebo para atraer a los radicales. Es más fácil que se sumen a un grupo existente que el que funden uno nuevo. Se puede evitar que aparezcan nuevos grupos al atraer a individuos de perfil militante.
-Como líder se puede colocar a un agente o a alguien que sea sincero en sus ideas pero manejable, y dejar a los agentes en los cuadros de mando para que lo controlen. Al ser dirigidos por gente del Sistema nunca tomarán acciones que vayan realmente contra el Sistema que dicen combatir.
-En caso de que el gobierno necesite un chivo expiatorio se ordenará una acción violenta y los responsables serán capturados. Los mismos que ordenan cometer el delito son los que informan sobre la identidad de los delincuentes. No se descarta el asesinato de personas molestas (por ejemplo, periodistas) ni el terrorismo contra la población civil. Incluso podría utilizarse este sistema para fundar grupos terroristas controlados y evitar que sean fundados por radicales incontrolados.
-Varios grupos de extrema derecha evitan que exista unidad en la extrema derecha. Varios grupos de extrema izquierda evitan que exista unidad en la extrema izquierda. Al estar divididas ninguna de las dos tendencias conseguirá un peso social ni buenos resultados electorales. Los líderes de un grupo atacarán verbalmente a los líderes del resto de grupos de su propia tendencia, y nunca llegarán a acuerdos. Diferencias doctrinales y acusaciones personales serán la excusa.
-El vigilante debe ser vigilado. Todos los grupos espiarán al resto de grupos de su propia tendencia y de la contraria. Esto ahorrará trabajo al Sistema para controlarlos, sólo habrá que leer los informes (nombres, direcciones...) mientras nos hacen el trabajo sucio. Además, así estarán entretenidos, y por otro lado tendrán fichados a elementos que no tengamos controlados directamente.
...
Pero claro, no existe gente tan maquiavélica, ¿verdad? El caso es que todos estos síntomas de lo que ocurriría si todo fuese una conspiración... Ocurren en la vida real. Todos.
16 abril 2010
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3 comentarios:
Muy interesante, doctor. Siempre he dicho que los jóvenes desde hace bastante se creen rebeldes cuando lo único que hacen es despotricar contra memeces triviales que no afectan a nada. Sólo hay que echar un vistazo a la evolución de las tendencias musicales de radiofórmula o los estereotipos televisivos. Lo que da pánico es que funcione!
Un dia de estos tenemos que incidir mas sobre el tema de las falsas rebeldias, y mentar actitudes, personajillos, y grupos musicales con nombres y apellidos.
He borrado la frase:
"El propio Hitler escribió que le hubiese gustado seguir a un líder, pero en vista de que no encontraba uno de su gusto se vió obligado a tomar el liderazgo."
Por no haber podido encontrar referencias. Lo que sí sabemos es que Hitler se apuntó al germen de lo que sería el partido nazi y le dieron el carné número 7, después de ser enviado como espía por el ejército.
Pero lo que escribió en realidad sobre ese tema es que estuvo dudando de si apuntarse o no a un partido existente porque estaba rumiando la idea de fundar uno propio. No podemos saber si de verdad pensaba eso o lo dijo para afianzar su imagen de que era un líder natural.
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