13 abril 2010

de Apolonio a Glycon

Apolonio de Tiana era un tipo del que se dice que hacía milagros. Su fama y veneración llegó a ser tan grande como la de Jesucristo, y algunos lo consideraban más poderoso, o que los cristianos le habían copiado para inventarse su propia figura.

Se supone que vivió durante el siglo I, pero se hace conocido a nivel imperial a principios del siglo III. Se le atribuyen viajes por todo el mundo, desde Roma hasta la India. De su doctrina pitagórica se ha conservado un pasaje rechazando los sacrificios puesto que Dios no tiene necesidad de ser adorado por los humanos y no puede ser influído por las oraciones. Pero alrededor de la persona real se tejieron multitud de leyendas sobre expulsiones de demonios que causaban la peste, clarividencia, descubrir una lamia en Corinto que seducía a un joven, curaciones variadas, etc. En siglos posteriores se le atribuyó la creación de talismanes, y entre los árabes medievales se escribieron libros sobre estos poderes y su supuesta carrera como alquimista.

Un estudiante de un estudiante de Apolonio fué un tal Alejandro, de quién Luciano de Samosata contaba que era un charlatán que se había montado un tinglado comparable con una secta moderna.

Alejandro tenía cierta fama como curandero y profeta, de lo que sacaba sus dineros. Alrededor del año 150 anunció el nacimiento de un nuevo dios de la fertilidad o encarnación de Asclepio a partir de un huevo del que apareció una serpiente con cabeza de persona y cabello rubio. Según Luciano el dios, llamado Glycon, era una marioneta. Las mujeres acudían a Glycon para pedirle hijos, y parece ser que Alejandro se encargaba de embarazarlas él mismo. El culto alcanzó cierta popularidad, Glycon entró en la religión oficial como nieto de Asclepio y se acuñaron monedas en su honor. El emperador Marco Aurelio acudió al oráculo de Glycon. El culto perdió fuerza en el siglo III.

Hoy en día Glycon es conocido por ser el dios que venera el famoso guionista Alan Moore, el cual está al tanto de que probablemente fuera un fraude, pero así son los dioses.

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