30 noviembre 2009

Hollywood: Louise Brooks



Louise Brooks fue una superestrella de los años 20, famosa por su peinado. En 1922, con 16 años, empezó a trabajar como bailarina. En 1925 firmó un contrato con Paramount Pictures y se cepilló a Charlie Chaplin.

Los años 20, tras la Gran Guerra y con una economía que no paraba de subir hasta el famoso crack del 29, fueron una época de liberación para las mujeres. Apareció el estereotipo flapper: Bailaban jazz, fumaban, tomaban cocaína (que era legal), bebían alcohol (que no era legal en EEUU), tenían una vida sexual activa, llevaban el pelo corto y se aplanaban el pecho.

Louise representaba ese estereotipo en la pantalla y la vida real. En una era del cine mudo en que lo normal era gesticular mucho, ella no actuaba ante la cámara de forma afectada, y afirmaba que no sonreía si no tenía ganas en ese momento. Casi todas sus fotografías la muestran con una expresión neutra. Tras varias películas en Hollywood se marchó a rodar a Europa, y pasó de volver para hacer uno de los primeros doblajes sonoros. La productora se enfadó con ella y la incluyó en una de sus listas negras para gente revoltosa, así que a su vuelta tuvo menos oportunidades de trabajo. Sin embargo, su paso por Europa agrandó su leyenda.

Su estrella declinó en los 30, hasta que en los 50 fué redescubierta por los historiadores del cine y volvió a ponerse de moda junto con su corte de pelo. Incluso influyó en el comic; aparece en alguna historia de Corto Maltés (aunque creo que no es ella como personaje histórico sino una actriz polaca llamada Louise Brookszowy) y es la base gráfica de Valentina, el personaje surrealista-pseudoerótico de Guido Crépax.

En cuanto a su vida personal... pues los escándalos típicos. Parece ser que fué violada a los 9 años por un vecino y que su madre le dió la razón a este cuando se enteró y la culpó a ella de lo sucedido. Vamos, lo típico de la época. Este suceso pudo afectar a su forma de entender las relaciones y tuvo tendencia a juntarse con amantes que la maltrataban. Fué un poco alcohólica. Cuando dejó el cine fracasó en algunos negocios y se dedicó a ser mantenida por hombres adinerados, uno de los cuales le adjudicó una pensión vitalicia que la salvó del suicidio. Tras ser redescubierta se dedicó a escribir sobre cine.